Los dispositivos lusos deberán ser operativos en Galicia antes de enero
20 abr 2013 . Actualizado a las 07:00 h.Los dispositivos de telepeaje españoles y portugueses ya cuentan con un calendario para que el uso de ambos sea factible a un lado y a otro de la frontera y ayudar así a solventar las dificultades generadas con el complicado sistema de peajes automáticos de las autovías del país vecino. A partir de junio los aparatos que hasta ahora se habían utilizado a modo de prueba en Portugal y que son explotados por NCG Banco y Ressa serán activados de manera permanente. Al filo del verano, los demás operadores de dispositivos de telepeaje españoles (una treintena) pasarán a ser igualmente válidos, según el cronograma al que ha tenido acceso La Voz y que ayer fue establecido en una reunión en Valença por representantes de bancos, compañías de medios de pago, empresas de telepeajes, concesionarias de autopistas y los Gobiernos de los dos países. Dicho calendario será ratificado en una nueva reunión técnica el día 30 de este mes, y anunciado el 13 de mayo en la cumbre que los Gabinetes de Rajoy y Passos Coelho celebrarán en Madrid.
Dudas de los portugueses
Las empresas portuguesas solicitaron en cambio en la reunión más tiempo para hacer interoperables sus dispositivos en las autopistas gallegas y del resto de España para obtener mayores garantías de cobro respecto a los usuarios que no abonen los peajes. En el caso español son las compañías financieras las que asumen ese riesgo, pero el modelo luso hace que sean las concesionarias de autopistas las que deben hacerse cargo de ese impago. Es decir, si un vehículo portugués se salta un peaje en la autopista del Atlántico es la lusa Brisa la que tendrá que asumir ese pago, situación que no convence a la sociedad pública que explota la mayoría de viales al otro lado de la frontera.
La delegación lusa pidió por ello ayer que la interoperabilidad en España para sus nacionales se lleve a cabo con más calma y con enero como plazo máximo.
Los secretarios de Estado de Transportes de Portugal y España, Sergio Silva y Rafael Catalá, respectivamente, coincidieron en todo caso en expresar el deseo de sus Gobiernos de que este verano se rompa la barrera creada por el sistema de peajes portugués, y que al igual que han desaparecido las fronteras físicas lo hagan también las levantadas con los peajes automáticos. Eso sí, el alto cargo luso consideró que España debe aumentar su 15 % actual de usuarios de autopistas dotados de dispositivos de telepeaje, cifra que en Portugal ronda el 70 %. Catalá anunció su disposición a favorecer dicho método de pago.
Solo tres coches en dos horas se abonan al método
Casi un año después de que Portugal implantase su noveno método exclusivo para que los conductores gallegos paguen los peajes de sus autovías, el Easytoll, como se denomina, sigue siendo desconocido y minoritario entre los conductores que se adentran en el país vecino. El propio presidente de la compañía pública Estradas de Portugal, Antonio Ramalho, lo admitía al pie del cajero automático instalado a 20 kilómetros de la frontera de Tui en la carretera que atraviesa Vila Nova de Cerveira. Solo un vehículo, y de matrícula francesa, paró junto a la máquina durante el acto organizado por las autoridades lusas para demostrarle al secretario de Estado español y al vicepresidente de la Xunta, Alfonso Rueda, que mientras los telepeajes no sean interoperables, Portugal hace todo lo posible para que los gallegos no dejen de cruzar la frontera.
Lo cierto es que únicamente dos conductores más, en ambos casos gallegos, se pararon en las dos horas siguientes para introducir su tarjeta de crédito en el cajero mientras una cámara recogía las matrículas de sus coches para activar en sus cuentas el cobro cuando pasen bajo los pórticos de control de las autovías de pago. La facilidad aparente del sistema es inversamente proporcional a la incomodidad de tener que salir de la autopista o recorrer la atascada nacional hasta pasar Cerveira y llegar al cajero. Una operación que en caso de prisa, para ir al aeropuerto por ejemplo, relativiza los 10 segundos que tarda la máquina en registrarla.