Las dos torres de viviendas de Finca do Conde, el edificio de Jacinto Benavente, las dos torres Ifer (en cuyos bajos se encuentra el Círculo de Empresarios de Galicia, antiguo Club Financiero) o los cinco inmuebles de apartamentos frente a la playa de Samil. Eran algunas de las construcciones con orden de derribo en la ciudad de Vigo, aunque la lista completa es bastante más larga y totalizaba en su día edificios con unas 2.000 viviendas.
A lo largo de los cuatro últimos años la entrada en vigor del nuevo Plan Xeral ha permitido ir poco a poco otorgando licencias, que en todo caso tienen que ser sancionadas por el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia. Con el visto bueno judicial se encuentran muy pocas, pero tras la salvación jurídica de la primera, el inmueble de Jacinto Benavente, el optimismo de los afectados y también de los responsables municipales es cada vez mayor.
El sistema en todos los casos es el mismo: comprobar si las edificaciones condenadas se ajustan al Plan Xeral y, en caso contrario, Urbanismo ordena que realicen los cambios necesarios. Una vez logrado se notifica la concesión de licencia y se traslada el acuerdo a los jueces. Si estiman que la solución supone el cumplimiento de la sentencia, asunto resuelto.
Curiosamente, el único edificio que previsiblemente va a ser demolido, aunque parcialmente, es el de la calle Churruca. Se levantaron dos plantas de más y se anchearon las demás, y la vía judicial se cerró tras un reciente auto del Tribunal Supremo.