El Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) estudió el impacto positivo de la ruta jacobea en el urbanismo de esta parroquia de Dumbría
12 feb 2012 . Actualizado a las 07:00 h.Hasta hace una década, la pequeña parroquia de Olveiroa, en el municipio de Dumbría, sufría los males habituales de muchas de las pequeñas poblaciones del rural gallego: abandono de la población y deterioro de las construcciones tradicionales. Sin embargo, hoy representa un ejemplo de localidad pujante y renovada, en ocasiones con aires cosmopolitas, y con su patrimonio restaurado y aprovechado, muy enfocado hacia el turismo.
¿Cuál ha sido el motor? Sin ninguna duda, el Camino de Santiago a Fisterra. Por esta parroquia de dos lugares (el propio de Olveiroa y el vecino de A Ponte Olveira, junto al río Xallas, que hace de límite con Mazaricos), de 5,6 kilómetros cuadrados y 160 habitantes, pasa la ruta jacobea. El Concello de Dumbría decidió apostar por ella hace poco más de una década y construyó un albergue en una vieja edificación.
A su alrededor, el paisaje ha ido mutando. Algunos vecinos han regresado a su lugar de origen, otros se han establecido, hay hórreos centenarios que parecen nuevos, ya han abierto varios negocios y las calles (viejas corredoiras) están limpias y ajardinadas. Los lugareños ven pasar a diario peregrinos de todo el mundo.
Esta extraordinaria transformación despertó el interés del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), a través del Instituto de Ciencias del Patrimonio (Incipit). En concreto, de Cristina Sánchez Carretero, científica titular del Incipit, y su colega Paula Ballesteros Arias. Ambas presentaron recientemente el trabajo En torno a las ausencias y presencias del concepto de Patrimonio. Prácticas y discursos patrimonializadores en el Camino de Santiago a Fisterra, que se dio a conocer en la 12.ª edición del Congreso de Antropología. Lugares, tiempos, memorias (La antropología ibérica en el siglo XXI), celebrado en León hace varias semanas.
La investigación, en este caso, se centra en Olveiroa, fruto de un exhaustivo trabajo de campo con numerosas entrevistas y datos, pero se enmarca en un trabajo mayor que incluye análisis sobre la incidencia de la vía peregrina en Vilaserío y Fisterra, que estará terminado este mismo año.