Estudian acusar de asesinato al hombre que mató al joven que entró en su casa en Pontedeume

francisco varela FERROL / LA VOZ

GALICIA

Las diligencias permanecían secretas para tratar de aclarar si el chico pertenecía a unas pandillas juveniles causantes de robos en la villa

08 feb 2012 . Actualizado a las 11:02 h.

José Agustín Fernández Carpente, el carpintero de Pontedeume que en una madrugada del pasado verano asestó una puñalada mortal a un muchacho de 17 años que se había introducido en su casa, podría ser acusado de asesinato. La familia del joven fallecido, Fernando Sánchez Grandal, estudiaba ayer con sus abogados (Víctor Espinosa y Jorge Vázquez) formular este cargo a la vista del contenido de la causa. Las diligencias permanecían secretas desde el momento del crimen por decisión de la jueza de Betanzos que se ocupa del asunto.

El levantamiento del secreto ha aclarado también el motivo de tan prolongado mutismo. Parece que la jueza y la Guardia Civil trataban de aclarar si el chico formaba parte de las pandillas juveniles que cometían robos en la villa eumesa y su entorno durante todo el 2011. De hecho, fueron arrestados en los meses posteriores a la muerte 17 muchachos a los que se les relaciona con más de veinte hurtos cometidos en la zona, hechos que habían creado cierta alarma en el vecindario y que también afectaba al carpintero y su esposa. Ella se despertó la madrugada del 10 de julio al oír ruidos en su casa y entonces despertó a su marido. El hombre, al levantarse, se encontró al intruso en medio del pasillo.

Forcejearon y ella, temiendo por su esposo, le pasó a este un enorme cuchillo de cocina, que le clavó al joven. La puñalada le alcanzó la aorta, aunque pudo salir huyendo, pero cayó muerto a los pocos metros, ya en la calle. La familia del fallecido, muy conocida en Ferrol, sugiere ahora que, a la vista del contenido de la investigación, en lugar de homicidio «puede tratarse de un asesinato», tal y como explicó el abogado Jorge Vázquez. No obstante, la decisión será adoptada en el momento procesal que corresponda.

Lo que continúa sin aclararse es qué hacía Fernando en esa casa, una vivienda alejada del centro histórico, a las tres de la madrugada. El carpintero, de más de 60 años, explicó en su momento que no se había puesto las gafas y estaba muy nervioso por la situación y por la agitación de su mujer. Declaró que actuó en defensa propia. Según su versión, el intruso se ocultó en una habitación y cerró la puerta. Él logró entreabrirla, metió el brazo con el cuchillo y se lo clavó.