Cada día una nueva familia gallega se ve obligada a acogerse a la risga

Patricia Blanco
patricia blanco REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

En el último año se incrementaron en 427 los beneficiarios de la prestación.

12 ene 2012 . Actualizado a las 13:33 h.

«Ha aumentado, y muy considerablemente, el número de personas que necesita ayuda por estar en riesgo de exclusión social». Lo dice Carmela Primo, responsable de personas sin hogar en Cáritas de Mondoñedo-Ferrol, la misma que advertía que eso es lo que hay que tratar de evitar: «Que las personas no caigan en ella, porque después va a ser muy difícil que salgan». Es, precisamente, uno de los objetivos de la llamada renta de integración social de Galicia (risga), una prestación social de carácter periódico destinada a garantizar recursos económicos de subsistencia a quien carezca de ellos. Un repaso a las colas que, cada día, se forman ante comedores sociales o bancos de alimentos, entre otras instituciones, permite configurar ya una radiografía clara del efecto de la crisis en la comunidad.

Según los datos facilitados por la Consellería de Traballo e Benestar, a 31 de diciembre del 2011 eran 5.416 familias -ya que, salvo casos muy excepcionales, la risga es cobrada solo por un miembro de la unidad familiar- las que se veían obligadas a acogerse a esta prestación. Dos años antes, a 31 de diciembre del 2009, esa cifra era de 4.798. A 31 de diciembre del 2010, eran 4.989. De esos datos se extraen varias conclusiones: por un lado, que en dos años, la cifra de beneficiarios subió en 618. Por otro, que entre el 2009 y el 2010, las personas que cobraban la risga en Galicia se incrementaron en 191, mientras que, del 2010 al 2011, esa subida fue mucho más considerable: 427 familias. Es decir, que, en el último año, al menos una familia por día se habría tenido que acoger a esta prestación para poder cubrir sus necesidades básicas.

Para lograr acceder a la risga hay que cumplir una serie de condiciones. Su cuantía básica es de 399 euros, que después se puede incrementar con una serie de complementos, dependiendo de si la persona tiene que pagar un alquiler, cumple con los planes de inserción o tiene algún menor a su cargo. Dicha prestación es clave para que muchos gallegos no caigan en la exclusión social, un riesgo que, según un estudio de la fundación Foessa, corren el 21 % de ellos, algo más de 584.000.