El colegio Liceo asume que hubo una negligencia por descuido en la muerte del niño ahogado

GALICIA

17 abr 2009 . Actualizado a las 02:28 h.

La dirección del colegio Liceo La Paz, de A Coruña, asume que la muerte del niño Diego Novo, de 4 años, se produjo por una negligencia. «La hubo, pero entendida como un desgraciado descuido», reconoce el abogado que representa al centro educativo, Antonio Platas. No se puede negar, insiste, que «la trágica muerte se produjo por una lamentable y desafortunada inadvertencia cuando el crío se encontraba bajo la protección y cuidado del colegio». Ahora bien, el letrado también quiere acentuar el hecho de que todo el personal del colegio, especialmente los monitores que se encontraban en la piscina, «no cometieron ningún error ni actuaron con desidia, flaqueza o dejadez de sus funciones».

Prueba de ello, añade Antonio Platas, es que la piscina del colegio Liceo La Paz, donde el pasado 30 de marzo murió el niño tras la clase de natación, tiene 40 años de antigüedad y cuenta con personal «de probada profesionalidad; tal vez de lo mejor que existe en Galicia». Queda fuera de duda también que las normas de seguridad durante las clases de natación, asegura el abogado, «se atienden con absoluta escrupulosidad». Lo demuestra que «en todo momento hay tres personas en la piscina durante las clases, nunca hay más de dos grupos de niños de entre 10 y 15 alumnos cada uno».

El abogado afirma que es algo incuestionable que ningún miembro del personal abandonó el recinto ni nadie se ausentó. Estaban todos allí.

¿Qué pasó aquella mañana?

Algo que también quiere dejar claro el abogado es que «en ningún caso» la intención del centro «va a ser la de erradicar la culpabilidad, sino que va a poner todo su empeño en aclarar los hechos y averiguar qué ocurrió aquella mañana». Por las declaraciones habidas hasta el momento se desprende, según Platas, que el incidente pudo haber sido así: «Es muy probable que el niño saliese de la piscina en primero o segundo lugar. Un monitor le quitó la protección y el crío, sin avisar, fue al baño. Según pudo saberse por el testimonio de una profesora, le dijeron que se pusiese las chanclas, que había dejado olvidadas junto a la piscina. Pudo haber regresado en el momento en el que sus compañeros ya se disponían a entrar en los vestuarios y fue ahí, bien porque haya pasado a espaldas de un monitor, cuando se cayó al agua. Justo en ese preciso momento en el que los monitores estaban ocupados con el resto de los alumnos».

Con este relato, el letrado se pregunta qué tipo de responsabilidad penal puede achacarse a los monitores. «Como mucho, una falta por desatención», concluye. Por último, destaca que los padres «actúan con dignidad» y que el colegio «estará siempre con ellos».