Extracto del discurso de agradecimiento de Santiago Rey Fernández-Latorre: «Ser Hijo Predilecto de La Coruña, en democracia, durante el mandato de Francisco Vázquez y con el respaldo de toda la corporación, tiene para mí un valor insuperable. Nada puede hacer más feliz a un ser humano que saberse apreciado por cuantos le rodean. Los coruñeses nos contagiamos del carácter de la ciudad. Eso nos ha situado a la cabeza de la comunidad. Aquí han nacido empresas que llevan en su nombre, como emblema insoslayable, la palabra Galicia. Y el nombre del periódico que presido sólo es un ejemplo. Porque en contra de lo que quieren hacer creer algunos, La Coruña no se ha aislado nunca. Al contrario. Nadie superó antes los localismos estériles, nadie apostó con más decisión por la armonía entre las ciudades. Por eso, la mejor manera que tengo de ser buen gallego es ejercer como buen coruñés. En 1882, mi abuelo Juan Fernández Latorre supo interpretar el latido de una ciudad que necesitaba escucharse a sí misma y hacerse oír. En su andadura a caballo de tres siglos, La Voz ha tratado de cumplir esa función. Ha querido recoger el modo de entender el progreso de La Coruña para ofrecerlo como modelo susceptible de ser compartido. Y por qué olvidarlo, también en forma de reclamaciones justas que presentar ante las instancias pertinentes. Para ser útil, un diario está obligado a convertirse en conciencia crítica. Ese papel, absolutamente necesario en una sociedad democrática, lo asumimos cada día en La Voz, pese a los sinsabores que comporta. Y lo hacemos seguros de que nuestro mayor servicio radica en sintonizar con los valores de la ciudadanía. Aunque muchas veces no coincidan con los intereses del poder, sea este político, económico, deportivo o de cualquier otra clase. Ese compromiso con la independencia de pensamiento y la libertad de expresión es lo que ha hecho fuerte a La Voz. No se me oculta que en ese éxito tiene mucho que ver la ciudad. Y soy consciente de que este título se debe, más que a mi persona, a la importancia del medio al que he dedicado cuarenta años de mi vida, y por el que estoy dispuesto a continuar luchando. Lo haré con todo mi empeño. Por La Voz de Galicia y por La Coruña. Porque quien ha sido distinguido con este título está obligado a pelear desde primera línea por el engrandecimiento de la ciudad. Ese es mi renovado compromiso ante ustedes. Ser ciudadano es sentirse libre entre iguales, capaz de aportar ideas con la certeza de que la ciudad escucha al que tiene algo que ofrecer. Hoy, en este momento imborrable, quiero daros las gracias por comprobar que habéis escuchado lo que yo quería aportar a mi ciudad. Y que os ha servido, como espero que siga sirviéndoos en el futuro. Muchas gracias, señor alcalde. Muchas gracias, señoras y señores concejales. Moitas gracias, A Coruña».