Guerra y resistencia en una novela llena de ternura que nos anima a examinar con ojos nuevos la tantas veces contada ocupación alemana de Francia en la Segunda Guerra Mundial. Una mirada iluminada por la ciencia y el poder de la radio que nos llega de la mano de dos niños. Un libro que se lee sin esfuerzo y que nos engancha de principio a fin
01 may 2015 . Actualizado a las 19:36 h.El estadounidense Anthony Doerr acaba de conseguir el premio Pulitzer de ficción por su novela La luz que no puedes ver. El galardón reconoce la virtudes de esta obra ambientada en la Segunda Guerra Mundial en la que Doerr narra las peripecias vitales paralelas de una chica francesa ciega y un joven soldado alemán. Dos niños que representan mundos opuestos pero no tan lejanos.
Una historia contada en capítulos cortos y prosa sencilla que nos obliga a pasar páginas sin parar, leer sin mirar el reloj. Doerr consigue construir un universo de cuento y meternos dentro. Hay un huérfano superdotado, una niña ciega muy valiente y también una piedra de la suerte. Pero sobre todo hay un homenaje a la radio, a esas ondas misteriosas que difunden su mensaje a través de fronteras y por encima de ideologías.
Ondas que sirven a la resistencia, que llevan mensajes de libertad y esperanza, y que también puede ser delatoras, propagandísticas y mentirosas. Mensajes que nos conectan, que nos hacen sentir cercano lo lejano, hermano lo extranjero y que nos ayudan a descubrir lo asombroso.
Hay también en este relato atípico de resistencia y nazis un lugar destacado para los científicos que soñaron con un mundo mejor. Así, Julio Verne y sus 100.000 leguas de viaje submarino salvarán a la joven Marie Lauire de la desesperación en su momento más duro, y Darwin y el Viaje de Beagle, serán la clave para su futuro.
Una historia dulce y amarga de amistad y solidaridad en tiempos difíciles que nos enseña a ir más allá. A ver lo que no siempre miramos.
La luz que no puedes ver. Novela. Anthony Doerr. Suma de Letras. 664 páginas. 19.90 euros