El Unicaja: enorme nivel defensivo y amplio abanico de recursos en ataque

Chiqui Barros

FORZA BREO

Daniel Pérez | EFE

08 mar 2024 . Actualizado a las 18:31 h.

Al Río Breogán le toca volver al Pazo después de un tiempo sin hacerlo y, además, en una fase en la que todo cobra una importancia máxima. Enfrente, el Unicaja. Mucho que decir y poco que contar. Extraordinaria temporada la que están llevando a cabo los de Ibón Navarro, pese a su papel en su Copa. Son segundos en la clasificación de la Liga ACB con un buen bagaje de 19-4 y acaban de certificar su excelente marcha en Europa aplastando al Estrasburgo.

Y todo ello jugando un baloncesto compacto, con impacto en ambos lados de la cancha, porque a su enorme nivel defensivo suman una amplia gama de recursos ofensivos, con muchas opciones y variantes en las que utilizan diversidad de conceptos. Dominan el bloqueo directo, los indirectos, el campo abierto, el uno contra uno, los espacios, el poste alto y el bajo... Resumiendo, un equipo con mayúsculas, apoyado en un róster amplio y equilibrado, bien construido, con talento interior y exterior. Alberto Díaz, Kendrick Perry, Kameron Taylor, Tyson Carter, Nihad Djedovic, Tyler Kalinoski, Ejim, Barreiro, Osetkowski, Sima, Lima... Mimbres para aspirar a todo. Con las posiciones bien cubiertas. Con fondo de armario. Ante esto, no lo olvidemos, otro equipo más de esta liga tan bonita, dura y competitiva, toca lidiar. Ese es el trabajo del Breo.

 Y sabiendo lo barato que es opinar desde fuera y que precisamente por eso hay que hacerlo con la mayor cautela, para lograr un triunfo hay que subir el nivel. Como entrenador sé de sobra que el dicho «todos somos el mejor entrenador del otro equipo» es muchas veces cierto. También sé que el respeto por la labor de un cuerpo técnico es innegociable. Y sé que el cuerpo técnico del Breogán sabe perfectamente lo que tiene que hacer. Nadie mejor que ellos para conocer a su equipo. Desde todo esto, entiendo que mejorar el rebote defensivo es una tarea clave para la progresión. Que el jugar mejor poniendo el balón en manos de quien ha de generar con tiempo suficiente las opciones cuando el sistema que sea no sale o se rompe, es vital. Luego, el acierto, la fe, la resiliencia. Porque toda la mejora partirá de ahí, aun sabiendo que por mucho que entrenes hay días en los que parece que no has trabajado nada. No hay una receta mejor. La tarea es dura, pero la recompensa es grande y exige guerreros valientes. Gran verdad.