La ayuda a domicilio, el servicio más deseado que exprime a los concellos: «Piensan que 14 euros es una barbaridad y el margen que queda es nada»

Mila Méndez Otero
m. méndez A CORUÑA / LA VOZ

PONTEDEUME

SANDRA ALONSO

El coste de los cuidados, el aumento de dependientes y la demanda creciente de personal obligan a hacer encaje de bolillos

09 feb 2021 . Actualizado a las 09:13 h.

La pirámide de población es clara: los habitantes envejecen. Ante esta perspectiva, los concellos saben que hay un servicio para el que van a tener que ampliar fondos. El Servizo de Axuda no Fogar (SAF) es una de las partidas en las que se va la mayor parte del gasto social de los municipios pues, aunque se trata de una competencia autonómica, su gestión fue transferida a las corporaciones locales. Pero, ni los fondos llegan ni hay profesionales suficientes.

Antes de nada, para poder tener derecho a horas de un cuidador dentro del servicio SAF, primero la Consellería de Política Social tiene que reconocer y valorar una dependencia. Después, el usuario, o su familiar, puede elegir entre varias opciones. «O SAF ofrece atención profesional a máis de 24.000 galegos. Isto supón en torno á terceira parte do total de persoas que reciben unha prestación ou servizo da Lei de Dependencia, algo que dá boa medida da súa relevancia», apuntan desde la Consellería.

Solo en la provincia de A Coruña, añaden desde San Caetano, hay 3.923.000 horas anuales de SAF asignadas entre todos sus municipios. El pasado mes de diciembre, ante el aumento de demanda provocada, entre otras causas, por el covid, se decidió subir en un 18,92 % las horas concedidas a 51 concellos coruñeses.

Pero, que un municipio como A Coruña tenga 395.532 horas asignadas no significa que las pueda satisfacer todas. «La Xunta aporta una tarifa plana de 9,70 euros como máximo. Sin embargo, el precio real de la hora es mayor. Ahora estamos pagando, en función del contrato, entre 12,50 y 16 euros. En los nuevos pliegos que preparamos, con los precios actualizados, la hora va a 18 euros», especifica Ana Cancelo, trabajadora social en María Pita. La diferencia la abonan entre el Ayuntamiento y el copago de los usuarios en función de sus ingresos.

Con una lista de espera de 700 personas que se renueva cada semana, «el orden de preferencia -aclara Yoya Neira, la concejala de Benestar Social- va en función del grado de dependencia. El 1 es el menos grave, el 3 el más grave y estos tienen prioridad». La intención del ejecutivo local herculino, donde disponen de un SAF propio municipal para situaciones de emergencia mientras no se soluciona la dependencia, es aumentar un presupuesto que asciende a los siete millones de euros solo para hacer frente a las horas SAF subcontratadas a tres empresas.

En  Santiago, también con gobierno socialista, la reclamación es la misma. «El coste de la hora ha ido aumentando, pero no así la aportación de la Xunta, que es la misma desde hace más de diez años», dice la concejala de Políticas Sociais, Mila Castro. De los 15,90 euros que están pagando en Compostela, con los nuevos contratos en proceso de adjudicación la tarifa asciende a los 18 euros.

Ley Montoro y cuidadoras

Mientras en la capital gallega se ha aumentando en un millón de euros la dotación del contrato (asciende a los 3.080.000 euros), en municipios más pequeños, como es el caso de Pontedeume, el esfuerzo inversor es mayúsculo. «Só con actualizar os prezos cos convenios do sector, temos que destinar máis fondos, o que nos leva a non poder asumir máis horas ou ter que deixar de prestar outros servizos. Ademais, hai un problema de contratación. Coa lei Montoro, se nos dan máis horas pero temos o concurso pechado, nós non podemos contratar máis», detalla Bernardo Fernández, alcalde de Pontedeume y portavoz del PSOE en la Diputación de A Coruña, organismo que ofrece ayudas para el SAF a los municipios de menos de 20.000 habitantes.

Los recursos humanos son otro reto. «El problema no es tanto de falta de cuidadoras -la mayoría son mujeres y, aunque no se requiere una formación concreta, cada concello establece los requisitos-, sino de lo que las empresas pagan por un trabajo duro, no solo en lo físico», explica Manuel Gandoy, director del máster en Xerontoloxía de la USC.

carino

José Miguel Alonso, alcalde de Cariño: «O prezo da hora que nos paga a Xunta está desfasado, temos que pór nós a diferenza cos usuarios»

En Cariño case o 32 % da poboación, o censo desta localidade do Ortegal non chega ás 3.800 peroas, supera os 65 anos. A axuda no fogar é un reto para estas vilas, pero tamén un nicho laboral co que fixar poboación no rural, defende José Miguel Alonso, o alcalde socialista do Concello, que é psicólogo e ten posdoutoramentos en Xerontoloxía e Dirección de Centros Xeriátricos pola UDC.

-É unha xestión complexa o SAF?

-A dependencia é unha competencia autonómica e estatal cuxa xestión, no caso das SAF, delegouse, por proximidade, aos concellos. Pero, isto ten que vir acompañado de fondos. Hai un problema de financiamento. O prezo da hora que aporta a Xunta, de 9,70 euros, está desfasado. Está fixado así desde hai case 15 anos. O custe do servizo é cada vez máis elevado polas subas salariais. Os nosos estudos económicos previos á nova licitación que preparamos indican que a hora vai ir dos 16 euros para arriba. Hai concellos coa auga ao pescozo porque lla cobran a 18 as concesionarias. Esa diferenza poñémola nós e os usuarios co copago.

-Que cambios introducirán?

-Imos licitar, posiblemente, 15.000 horas máis [as que lle amplía a Xunta, 14.856 sobre as 38.652 actuais]. No contrato que remata, a hora está a 12,50 euros. Subirá aos 16,50. Temos un presuposto de 3,5 millóns, ese 70 % por riba dos 9,70 euros son moitos miles de euros para un Concello así.

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CESAR QUIAN

Rebeca Soto, de Lares: «Piensan que 14 euros es una barbaridad y el margen que queda es nada»

Llevan desde el 2013 prestando el servicio de ayuda a domicilio y su plantilla, 18 personas, es abrumadoramente femenina. «La atención personalizada en tu entorno es lo que todos queremos», destaca la responsable de Lares, con sede en A Coruña, Rebeca Soto.

-¿Es excesivo lo que se cobra por hora? ¿Cuál es su tarifa?

-Solo el coste del trabajador, su salario, está en torno a los 11 euros la hora, incluida aquí la Seguridad Social. A mayores, está el coste de los materiales, algo que se ha encarecido con el covid. Tienen que ir protegidas con epis. La gente piensa que es una barbaridad lo que se cobra, pero son unos precios muy ajustado. Nosotros cobramos 14 euros la hora con el IVA. Ya solo una bata impermeable cuesta dos euros y una caja de guantes, 15. En tiempos normales, sin pandemia, puedes ganar más o menos algo, pero ahora el margen que nos queda es nada. Parece que te estás forrando, y para nada.

-Con el covid y la suspensión de servicios, como los centros de día, que estuvieron cerrados varios meses, ¿creció la demanda?

-Hubo dos vertientes, el familiar que prefería que ninguna persona externa entrase en su casa por los contagios y el que trabajaba y necesitaba de una ayuda para su madre o padre dependiente que no podía ir al centro de día.

-¿Trabajan para los concellos?

-No, prestamos un servicio privado. Con los márgenes que te dan los ayuntamientos en los contratos, eso solo lo pueden asumir empresas muy grandes para que les sea rentable. Pero sí trabajamos para familias que reciben la subvención de la Xunta conocida como Libranza. Ellas pueden elegir entre contratar ellos mismos la auxiliar a empresas como la nuestra, y cofinanciarla con esa ayuda, o tramitarla a través del Concello.

-¿Cuesta encontrar personal?

-Sí. Muchas mujeres con experiencia no tienen la formación que exigen muchas instituciones. Y es un trabajo duro, de manejo de personas con dependencia.

Actual reparto por horas de la Xunta en estos cinco municipios

  1. A Coruña: 950 beneficiarios 395.532  horas anuales
  2. Ferrol: 542 beneficiarios 253.056   horas anuales
  3. Santiago: 454 beneficiarios 126.672*  horas anuales
  4. Carballo: 164 beneficiarios 74.340*  horas anuales
  5. Ribeira: 218 beneficiarios 61.308  horas anuales

*Concellos con aumento de horas concedido en diciembre