«Lobos sucios» atrapa el hechizo del bosque pontés de Teixedelos

ana f. cuba AS PONTES / LA VOZ

FERROL

JOSÉ PARDO

La actriz Marián Álvarez, premio Goya 2014, protagoniza las secuencias grabadas ayer junto al actor alemán Pierre Kiwitt y la pequeña Zoe

29 oct 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

Medio centenar de personas se sumergieron ayer en el bosque pontés de Teixedelos, en la parroquia de San Pedro do Eume, para grabar varias secuencias de Lobos sucios, la ópera prima del coruñés Simón Casal de Miguel, que narra la explotación por parte de los nazis de una mina de wolframio en la provincia de Ourense, durante la Segunda Guerra Mundial. «Las localizaciones son maravillosas, esto representa el tejedal de la película, un templo mágico», aseguró el director en pleno rodaje. El lugar, una arboleda con un pequeño riachuelo, hechizó a todo el equipo, «una auténtica torre de Babel, con gallegos, catalanes, belgas, alemanes...», como apunta Paula Cons, productora ejecutiva y coguionista de la cinta con Felipe Rodríguez y Noelia del Río.

El actor alemán Pierre Kiwitt y la madrileña Marián Álvarez, Goya a la mejor actriz por su interpretación en La herida, protagonizan las escenas que se rodaron ayer. Con Zoe, una niña de dos años, la hija del personaje que encarna Marián. El llanto de la pequeña alteró el ritmo de trabajo. En la segunda semana de rodaje (quedan otras cuatro) el balance es «muy bueno», aunque ya ha habido renuncias dolorosas, reconoce el director, premiado por la tv movie que narra la historia del empresario gallego Eduardo Barreiros. O Henry Ford español, proyecto del que también formó parte Cons. En Teixedelos transcurre una persecución en coche y varios exteriores del bosque central de la película (el escenario principal se encuentra entre los tejos milenarios de Requejo de Sanabria). La jefa de peluquería, italo belga, retoca a Marián; un técnico apura el bocadillo; la script se mueve inquieta; hay que cambiar de óptica; «silencio»... «Es una película ambiciosa, hay que lucharla (...), hoy estamos aprovechando muchísimo la jornada estéticamente», recalca la productora ejecutiva. El 10 regresarán a las aldeas pontesas, donde se filmará con la cámara en un octocopter (un dron) y habrá incluso una explosión de efectos especiales.