El centro de día de Telleiras abre sus puertas después de cinco años

Rocío Pita Parada
Rocío Pita Parada FERROL / LA VOZ

FERROL

ANGEL MANSO

Los primeros usuarios estrenaron a finales de julio las instalaciones

24 ago 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

El centro de día de Telleiras, alojado en el bajo de las viviendas intergeneracionales de la Xunta, abrió por fin sus puertas. Lo hizo cinco años después de que concluyesen las obras, sin inauguración alguna pero con lo más importante: la llegada de los primeros usuarios, que estrenaron el centro el pasado 21 de julio. Actualmente son siete los que hacen uso a diario de las flamantes instalaciones, un local de unos 800 metros cuadrados en las que la Xunta invirtió más de medio millón de euros.

El centro está destinado a personas con dependencia y allí desarrollan todo tipo de actividades para estimular sus capacidades, tanto físicas, mentales y psicomotrices para mejorar su calidad de vida y frenar la pérdida de destrezas. La capacidad máxima de las instalaciones alcanza las treinta plazas, aunque en una primera fase se llegará a 16. Conforme vaya aumentando la demanda, el Consorcio Galego de Servizos de Igualdade e Benestar ampliará el número de usuarios hasta agotar el límite.

Cinco personas atienden en la actualidad el centro de día Ferrol-Esteiro, como lo denomina oficialmente la Xunta: dos gerocultoras, una terapeuta ocupacional, una psicóloga y una trabajadora social.

Ellas se encargan de la rutina diaria, que varía en función de los usuarios, pero que incluye, además de las comidas, actividades cognitivas, físicas y lúdicas. Para ello, el centro contempla distintas zonas. Por ejemplo, una sala de usos múltiples, con sillones reclinables donde los usuarios pueden descansar y ver la televisión. En el suelo todavía podían verse aros, plantillas y barras utilizados para los ejercicios realizados minutos antes por tres de los usuarios que en ese momento realizaban juegos de memoria y reconocimiento en una sala adyacente. También cuenta con un pequeño gimnasio con distintos aparatos, comedor, dos zonas de baños, y zona de servicios, dotada con cocina industrial, lavandería, oficinas y vestuarios.

Pero además, el centro hace uso del patio central que comparte con la comunidad de vecinos de las viviendas intergeneracionales, y que utilizan especialmente en las tardes soleadas. El Consorcio invirtió 457.000 euros en la compra del local -el edificio fue levantado por el Instituto Galego de Vivenda e Solo- y 71.212 más en equipamiento.