El tacón gallego reta a los manolos

FERROL

PACO RODRÍGUEZ

El diseñador ferrolano Pablo Castro está revolucionando el mundo de los zapatos con propuestas de calidad, en las que los colores se mezclan sin pudor, y con un sistema que permite a las clientas customizar sus modelos

05 nov 2012 . Actualizado a las 18:21 h.

Pablo Castro es Paul, la mitad de la marca Dick and Paul, pero la mitad que pinta unos zapatos tan diferentes y tan sofisticados como los famosos manolos. Para este diseñador, que fundó junto a Diego Dorrego (Dick) su empresa en el 2008 con 30.000 euros y solo 21 años, la personalidad de los zapatos es tan importante que incluso ha creado un programa en su página web para que sus clientas le roben el trabajo y diseñen el capricho que desean para sus pies, un deseo al que incluso pueden mandar labrar su nombre en la suela. Y los zapatos se hacen con las pieles de cabra y la calidad que ofrece una firma que solo confecciona en talleres españoles y portugueses.

«Cuando empecé tenía claro que había que escapar de la tendencia que nos obligaba a comprar zapatos tipo uniforme, siempre en marrón o negro, nuestra marca apuesta por los colores y usa una piel que los realza mucho más que ninguna otra. A veces las clientas recelan de algunas combinaciones, pero cuando las ven se dan cuenta de lo bien que quedan y de que pueden transformar a cualquier persona», cuenta en la tienda de Lugo, una de las seis que la marca tiene en Galicia. Las otras cinco están en Ferrol, Baiona, Santiago y en el centro Cuatro Caminos de A Coruña, donde sigue la primera que abrió hace cuatro años, desafiando a la crisis que forzó el cierre de muchos de los locales vecinos. En Allariz disponen de un outlet y en el resto de España tienen otros cuatro puntos de venta en Ponferrada, Salamanca, Valladolid y Bilbao. «A pesar de que lo más duro ha sido crecer, por asuntos como la financiación siempre encontramos tan buena acogida entre la clientela que nuestro objetivo pasa por terminar el año que viene con 20 tiendas en toda España. Ahora mismo estamos buscando franquiciados para abrir en Ourense y en Vigo», explica en la tienda coruñesa, la primera de la marca, y pocas horas después de haber estado trabajando en las de Ferrol y Lugo.

En tan solo cuatro años la firma ha abierto 11 tiendas

El diseñador gallego que reta a los manolos pasa tantas horas en el estudio como recorriendo sus establecimientos, en los que casi cada rincón se convierte en un escaparate de su estilo. Tal vez la clave de su éxito en tiempos de crisis sea que ha logrado convertir sus creaciones en un premio para sus clientas, un objeto de lujo, pero que se justifica porque es duradero y, por tanto, rentable a largo plazo. «Siempre concibo piezas que sirvan para muchas situaciones, porque nuestro zapato tiene mucha calidad y dura, además tenemos un sistema para intercambiar abalorios y tener muchas versiones con el mismo par», explica, y reconoce que su gran reto es convencer al público joven de que vestir los pies es una clave de estilo. «Con un vestido negro y estos zapatos se puede ir estupenda y eso casa con el ahorro ante esta etapa en la que la gente se piensa un poco más cómo se gasta el dinero». En sus escaparates siempre lucen los modelos más altos y más llamativos, pero asegura que en las estanterías de sus tiendas hay -junto a otras marcas muy escogidas- zapatos para todos los gustos y de todas las alturas.

Diseños masculinos

Dick and Paul dedica tanta originalidad a las colecciones masculinas como a las femeninas, porque su diseñador cree que hay que hacer justicia con los hombres. «Siempre hemos tenido que elegir entre modelos aburridos y por eso nosotros ofrecemos botines de colores para todos los gustos y ocasiones», justifica. Pablo Castro pronostica que los hombres se pararán cada vez más a seleccionar un zapato con personalidad y, sin embargo, en la zapatería para las mujeres regresarán modas que hasta hace bien poco parecían ancladas en el pasado. «Vuelve el salón, pero en ante, en colores vivos como el azul, que nosotros combinamos con pieles de tipo serpiente en tonos plata, también es cierto que durante un tiempo convivirá con las plataformas y las puntas redondas, pero hay que tener claro que el salón viene con muchísima fuerza», dice y adelanta que el «tacón medio, tipo Kelly, va a hacer furor la próxima temporada», porque ya está copando todas tendencias en las ferias internacionales, aunque reconoce que se trata de un formato que va a costar un poco más.

Los otros dos socios de esta empresa gallega son Diego Dorrego y Eva Gil y también mantienen una apuesta por crear un producto versátil que se pueda reconvertir para diferentes usos y que suponga tener tres zapatos en un solo par. Además, la marca ofrece todas las tallas (de la 34 a la 42), algo por lo que su venta on line registra pedidos de todo el mundo. Una de sus creaciones más famosas y vendidas es un salón de ante cerrado que tiene pulseras de colores intercambiables. La misma idea tiene una versión en un bolso cartera con asas de un color para usar de día, pero con una versión para una situación que requiera más elegancia.

Modelos para fondo de armario

¿Qué modelos no deben faltar en un zapatero para el diseñador de Dick and Paul?: «Un zapato de salón cerrado o abierto en negro o en beis al que se le puedan colocar diferentes adornos y un botín de caña media, que se pone mucho en los inviernos que tenemos aquí, pero que también se lleva en verano con vestidos, porque va a seguir siendo tendencia», explica Pablo Castro, que en el caso del fondo de armario para los hombres se decanta por una bota en marrón de calidad y preparada para mucho uso.

Y tiene claro que la crisis ha relegado a la bota alta, porque son demasiado caras y nunca se pueden emplear para tantos usos como otros modelos: «Al mal tiempo, a la crisis, hay que ponerle alegría, zapatos altos, buenos materiales y muchísimo colorido».