La calma regresa a la Ruta tras cinco meses de tensión

EXTRA VOZ

PACO RODRÍGUEZ

Romeros que cogían un autobús para hacer el tramo entre astorga-ponferrada y un aumento de las denuncias de presuntos sucesos de acoso son la prueba del temor generado por el caso de Denise. Ahora todo empieza a normalizarse .

20 sep 2015 . Actualizado a las 10:16 h.

Un grupo de turistas de Arizona, el estado norteamericano donde vivía Denise Thiem, hacen parada en Astorga. No son peregrinos porque están recorriendo el Camino Francés en autobús. Las últimas noticias les han puesto al día  sobre el desenlace del suceso que le ocurrió a su compatriota. Es martes. El tramo entre la capital maragata y Santa Catalina está inundado de agentes de la policía. No hay ningún peligro, pero eso no calma la inquietud.

-¿Conocen el caso de Denise Thiem?

-Lo hemos escuchado estos días. ¿Resulta peligroso hacer el Camino por este tramo?

-No. No hay de qué preocuparse ahora. Nunca hubo tantos agentes de seguridad como estos días en el tramo que va desde esta ciudad maragata hasta Santa Catalina. Vayan tranquilos. 

La respuesta y, sobre todo, la detención solo unos días antes del autor confeso del crimen de la mujer estadounidense les da tranquilidad. No solo a ellos. También a los vecinos de un municipio como Astorga donde, estima un hostelero de un bar ubicado junto al Camino, «en torno a 80 % de los locales aguantan económicamente por el Camino». Porque el eco internacional que ha tenido el caso de Denise les ha tocado.  Fuentes conocedoras de lo que ocurre en la Ruta a su paso por ese municipio leonés han corroborado que desde que le perdieron el rastro a Denise hay peregrinos, sobre todo mujeres que van solas, que toman un autobús en Astorga para llegar hasta Ponferrada y allí retomar el peregrinaje a pie. El temor a ser objeto de un rapto o un asalto es, pese al operativo de vigilancia especial puesto en marcha en la zona tras la desaparición de la norteamericana, lo que las empuja a saltarse el tramo. Pero ese no es el único cambio que han observado esas mismas fuentes: «También hemos detectado aquí un aumento de las denuncias de presuntos casos de acoso por parte de algún exhibicionista, algo que antes no denunciaban tanto». 

El martes solo había una peregrina en la estación de Astorga. Era coreana, no sabía nada de lo que le había ocurrido a la norteamericana y había decidido hacer una etapa en bus porque tenía un pie lastimado. No temía los asaltos, un tema que preocupa al Gobierno de Corea del Sur, un  lugar de donde llegaron el año pasado en torno a 3.800 peregrinos, como manifestó el embajador en España durante su reciente viaje a Compostela. 

El balance histórico de los peligros contrastados que acechan en el Camino parece claro: El acoso de algún exhibicionista, hurtos de dinero, varios casos de violación y la picaresca de quienes piden para causas sospechosas de no ser tan justas como aparentan. Más allá de eso, dado que solo el pasado agosto llegaron a Compostela 54.796 peregrinos, el Camino de Santiago es un lugar relativamente seguro, lo que no resta que se tomen algunas precauciones para evitar los asaltos.   «Puede venir por ahí un trastornado porque con la cantidad de peregrinos que hay el Camino es desde luego un lugar perfecto para camuflarse, pero como puede ir a cualquier otro lugar en el que haya una aglomeración como aquí. No hay motivo para la alarma», explica una fuente que trabaja directamente con peregrinos por Galicia.  El caso de Denise ha hecho que la seguridad aumente. En Galicia se reforzará la presencia de la Policía Nacional y de la Guardia Civil que, como ya hacían estos últimos, recorrerán de paisano algunos tramos. Poco a poco todo parece volver a la calma. «La verdad es que no hemos tenido ningún problema ?indican dos peregrinas norteamericanas? la gente es muy amable y no tenemos temor».

Alicia: «Ahora vamos a poder estar un poco más tranquilos por aquí »

Vive en Santa Catalina, el pueblo más cercano al lugar en el que presuntamente perdió la vida Denise. Dice que no conocía al detenido, pero su nieta lo había visto una vez e incluso había hablado con él un día en el que coincidieron al bajar en el  bus que va a Astorga. Reconoce que en el pueblo vivían un poco intranquilos porque nunca había pasado nada igual. «Ahora vamos a poder estar un poco más tranquilos por aquí», dice esta mujer que ofrece artículos de recuerdo a los peregrinos a la puerta de su casa ubicada justo  al lado del Camino Francés.  

Greta y Vismante: «Vamos a tratar de pasar pronto los 15 kilómetros »

Son lituanas. Greta y Vismante acaban de dejar atrás Astorga y apuran el paso rumbo a Santa Catalina. Hasta hace bastante poco, todavía podían verse por ese tramo los carteles donde el hermano de la peregrina norteamericana pedía la colaboración ciudadana para hallar a su hermana.  Fueron desapareciendo prácticamente todos. Conocen lo que ocurrió. Quieren dejar atrás rápido la zona. «Queremos pasar este tramo rápido. Sabemos que no pasa nada, pero te queda algo rondando en la cabeza que te deja intranquila», explican. Hasta el viernes no habían escuchado hablar del tema en los albergues, pero la noticia de la detención volvió a ponerlo de actualidad.

Tomás: «Habíamos avisado de que pasaba algo, pero no actuaron entonces»

Es hospitalero en Manjarín, un pueblo que está entre El Ganso y Ponferrada,  desde hace más de veinte años. Tomás lamenta que haya ocurrido uan desgracia. Dice que habían advertido de que en la zona había asaltos, pero «tuvo que morir una mujer que no tenía ninguna culpa para que hicieran algo». Por ahora no ha podido vincularse ninguno de los asaltos anteriores de que hablan en la zona con el detenido por el caso de la peregrina norteamericana.