¿Quién manda ahora aquí?

Enrique Clemente Navarro
enrique clemente MADRID / LA VOZ

ESPAÑA

Pérez, en la entrada de la sede del partido en Ferraz
Pérez, en la entrada de la sede del partido en Ferraz

Sánchez ejerce de secretario general y los críticos se aferran a la mujer de confianza de Díaz, que preside la mesa del comité federal

30 sep 2016 . Actualizado a las 07:26 h.

La situación en la que se encuentra el PSOE es caótica y no tiene precedentes. La guerra política se ha convertido en una tortuosa discusión de carácter jurídico en la que cada parte interpreta a su conveniencia los estatutos y normas internas del partido. ¿Quién manda ahora mismo en el partido? ¿Cuáles son las figuras clave en este psicodrama colectivo que está viviendo la formación que ha gobernado España durante 21 años?

¿Sigue siendo Sánchez secretario general?

De hecho, actúa como tal. Ayer reunió a lo que queda de su ejecutiva tras la dimisión de 17 de sus miembros para fijar su hoja de ruta (convocar primarias el 23 de octubre y congreso extraordinario el 12 y 13 de noviembre). Los críticos, sin embargo, no lo reconocen como secretario general y consideran disuelta su ejecutiva. Los estatutos del partido solo establecen que cuando las vacantes de dicho órgano suponen la mitad más uno de sus miembros, el comité federal deberá convocar un congreso extraordinario para nombrar una nueva comisión ejecutiva. Nada dicen de que la ejecutiva quede disuelta automáticamente ni de que se tenga que constituir una gestora, como sostienen los adversarios a Sánchez, que se apoyan en algunos precedentes regionales.

¿Qué papel juega la comisión de ética y garantías?

Podría ser decisiva si emitiera un dictamen, como intérprete de los estatutos y reglamentos del PSOE que es para dar la razón a uno u otro bando. En principio debería ser un órgano de control neutral, pero también está partido en dos. De sus cinco componentes, tres están en el grupo crítico: Wilfredo Jurado, cercano a Tomás Gómez, uno de los rivales más encarnizados de Sánchez, que lo apartó por las bravas de la secretaría general del PSM; María Jesús Montero, consejera en Andalucía, y la eurodiputada Inés Ayala. Los oficialistas cuentan con la presidenta del órgano, la vasca Isabel Celáa, próxima a Patxi López; y Félix Bolaños, asesor de Sánchez en asuntos jurídicos. Los críticos exigen que la comisión se reúna y decida, y ayer anunciaron que emitirán un dictamen en el plazo de 24 horas. La presidenta argumenta que, según las normas que regulan su funcionamiento, solo ella puede convocar este órgano y por lo tanto la reunión de los tres críticos sería nula a todos los efectos.

¿Verónica Pérez es la única autoridad en el PSOE?

Eso es lo que dijo ayer esta mujer de la máxima confianza de Susana Díaz, la primera dirigente en pasar factura a Sánchez por el 25S. «Harta de “resultados históricos” del partido al que quiero tanto, harta de volver a pulverizar nuestros peores resultados... ¿Y ahora qué?», escribió en Twitter. Pérez preside la mesa del comité federal desde que Sánchez es secretario general. Los partidarios de este no aceptan que sea la presidenta del comité federal, ya que no es un puesto orgánico, sino que la mesa se elige en cada reunión. Según el artículo 15 de su reglamento, «para presidir y dirigir los debates del comité federal se constituirá en cada reunión una mesa compuesta por un presidente/a, un vicepresidente/a y un secretario/a de actas, que serán elegidos por el período de un año».

¿Qué decisiones puede tomar el comité federal?

El máximo órgano entre congresos fija la línea política, los pactos, examina la gestión de la ejecutiva o convoca congresos y primarias. Tiene la capacidad de exigir responsabilidad política a la ejecutiva presentando una moción de censura, apoyada al menos por un 20 % de sus miembros, que debe ser aprobada por la mayoría absoluta del comité federal. Esta era la segunda vía que contemplaban los opositores a Sánchez para forzar su renuncia. Aún la tienen en la recámara, ya que con la dimisión de los 17 miembros no han logrado su objetivo. Su operación para derribarlo dejó muchos cabos jurídicos sueltos y subestimó la resistencia del secretario general.

¿Quién ganará el pulso?

Es difícil saberlo. Si gana Sánchez, es reelegido en primarias y hay terceras elecciones no podría hacer una campaña electoral normal en al menos seis comunidades, donde sus presidentes están en el bando opositor. Si vencen los críticos y se aprueba la abstención para facilitar el Gobierno a Mariano Rajoy, pagarán un elevado coste entre militantes y votantes. La ventaja es que el PSOE tendrá tiempo para reconstruirse, pero dejaría el liderazgo de la oposición de izquierda a Podemos. Si mantienen el no, acudirían a las urnas con una gestora al frente y un candidato nuevo de un partido dividido. En todos los casos, el PSOE pierde.