El Estado Islámico busca indigentes en España para realizar atentados y convertirlos en mártires

melchor saiz-pardo MADRID / COLPISA

ESPAÑA

La organización terrorista ya ha extendido sus redes de reclutamiento no solo por zonas de las grandes capitales con gran presencia de musulmanes, sino también a núcleos de extrema pobreza

09 nov 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

La operación Kamarma esta semana contra una célula del Estado Islámico lista para atentar en Madrid ha encendido todas las alarmas en los servicios antiterroristas. Las redes de esta organización terrorista no solo están usando Internet para buscar adeptos en España sino que han desplegado sobre el terreno activistas para tratar de captar candidatos a mártires entre el colectivo más débil e influenciable: los musulmanes indigentes y en situación de exclusión social. Una colonia mucho más difícil de controlar por los servicios antiterroristas debido a su marginalidad.

Las investigaciones de la Comisaría General de Información han confirmado que el Califato ya ha extendido sus redes de reclutamiento no solo por zonas de las grandes capitales con gran presencia de musulmanes, sino también a núcleos de extrema pobreza. Y el punto más caliente, de acuerdo con los datos recabados en esta última operación, es la barriada de la Cañada Real, el mayor barrio de infraviviendas de España y conocido como el supermercado de la droga.

Adoctrinamiento

Los atestados enviados por la Policía a la Audiencia Nacional tras la captura de los tres yihadistas el pasado 3 de noviembre revelan que la célula mantenía reuniones de adoctrinamiento con sus candidatos en «las improvisadas mezquitas que se han ido fabricando en la interior del barrio de a Cañada Real», en las inmediaciones de la localidad de Rivas Vaciamadrid.

Estos locales, explican mandos del operativo, en realidad son una suerte de salas de oración, instaladas en algunas ocasiones en verdaderas chabolas, a la que acuden diariamente cientos de fieles de la zona, en su mayoría desempleados y residentes en poblados de asentamientos ilegales. Estos centros, como casi todas las actividades que se desarrollan en Cañada, carecen de cualquier tipo de control administrativo y los rezos están dirigidos por imanes «totalmente fuera de la supervisión de la comunidad oficial musulmana».

Precisamente, uno de los individuos que desde hace meses dirigía la vida espiritual de estos locales alegales era el marroquí Abdessadek Essalhi, uno de los responsables de la célula del Estado Islámico desmantelada en Madrid y quien tenía encomendado el trabajo de ser captador de muyahidines. Futuros terroristas que no debían a viajar a Siria o Irak para integrarse en las huestes de Abu Bakr al-Baghdadi, ya que carecían de recursos económicos siquiera para salir del país. Su misión era la de hacer la yihad en España, incluso sin armas de fuego. Un cuchillo. Lo más barato.