El PP multará a los cinco diputados antiabortistas, pero esperará a después de las elecciones

La Voz NURIA VEGA / COLPISA

ESPAÑA

Ángel Díaz | EFE

Sancionará la ruptura de la disciplina de voto después de la aprobación final de la reforma, para calmar las aguas internas y apaciguar al votante provida

15 abr 2015 . Actualizado a las 19:55 h.

El PP no actuará por ahora contra los cinco diputados provida que este martes decidieron romper la disciplina del grupo parlamentario y no respaldar la toma en consideración por el Congreso de la reforma parcial de la ley del aborto que propuso el partido y que consideran insuficiente.

Los populares tratan de calmar las agitadas aguas internas y dejar pasar el tiempo. Solo faltan cinco semanas para que sus candidatos se enfrentan a las elecciones municipales y autonómicas y el asunto ha soliviantado a los sectores más conservadores del electorado del PP. El grupo popular en el Congreso ha decidido que el momento de sancionar llegará una vez sea aprobada la modificación. Es decir, después de los comicios de mayo.

Fuentes populares aseguran que «el procedimiento para estudiar lo ocurrido se ha iniciado», pero defienden que no tendría sentido multar a nadie antes de que concluya todo el trámite parlamentario y los diputados díscolos vuelvan a pronunciarse en la cámara en la votación final. «Siempre se pueden acumular las sanciones», sugieren. En el grupo barajan que la cuantía podría fijarse en una horquilla que va de los 300 a los 600 euros, aunque ningún diputado conoce con exactitud el reglamento interno por el que se rige su grupo y la cifra concreta dependerá de la gravedad de la actuación. Los cuatro parlamentarios que optaron por no apretar ningún botón podrían ser castigados de diferente manera que Eva Durán, la única que se inclinó por emitir un voto contrario a la toma en consideración de la reforma.

El texto pretende subsanar lo que, a juicio de los populares, fue una «aberración» cometida por el Gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero, aunque respaldada por casi todas las fuerzas políticas. Una vez entre en vigor el cambio, las menores estarán obligadas no solo a informar a sus progenitores sino a contar en todas las situaciones con el consentimiento explícito paterno para poder interrumpir su embarazo.

Por eso, en la dirección nacional del PP no se entiende que haya quien, en las filas populares, se haya querido desvincular de la proposición de ley promovida. «Al final lo que votamos es que las niñas de 16 años necesitan en un momento tan trascendente como ese el conocimiento y la ayuda de los padres. Eso era lo que se votaba», esgrimió hoy, en los pasillos del Congreso, el vicesecretario de Organización, Carlos Floriano.

La reforma puesta en marcha por el PP queda, sin embargo, lejos del anteproyecto que redactó el exministro de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón, que compartían los cinco diputados ahora disidentes y que llegó a ser aprobado por el Consejo de Ministros. El espíritu de aquel documento suponía pasar de la vigente ley de plazos a una norma que limitaba los supuestos en los que poder abortar. El coste social de aquella pretensión, que conectaba sin embargo con el ala dura del partido, llevó al Gobierno a rectificar y retirar el texto. El presidente del PP de Guipúzcoa, Borja Sémper, que tampoco comparte la postura de quienes se han rebelado, pidió hoy sin embargo a su formación que no sancione a nadie por estar en desacuerdo en un tema tan sensible.

Los partidos, tal y como lo ve uno de los dirigentes más críticos con su formación, «no son sectas». De ahí que anime a reconocer el «derecho a discrepar».

El error de Sánchez

Quien discrepó de su partido sin quererlo, el secretario general del PSOE, no se perdona el haber votado el martes por error junto al PP para que la reforma de la ley del aborto sea debatida y tramitada en la cámara. «Hay una frase de Catón que dice aquello de "puedo perdonar los errores ajenos, pero no los propios", y ese fue un error que lamento muchísimo», se disculpó Pedro Sánchez. La legislación que permite la interrupción libre del embarazo en las primeras 14 semanas es una de las banderas que enarbolan los socialistas.

De ahí que Sánchez dejara claro que las intenciones del PP le parecen «indecentes».