Rajoy exige a los dirigentes del PP que no se distraigan en disputas internas

Enrique Clemente Navarro
enrique clemente LA VOZ / MADRID

ESPAÑA

BENITO ORDOÑEZ

Llama al partido a explicar con detalle los logros económicos conseguidos

08 abr 2015 . Actualizado a las 16:33 h.

No hubo ninguna voz crítica. Tras el fuego cruzado del fin de semana, llegaba la tregua. La reunión de la junta directiva nacional, la primera en los dos últimos años, se convirtió en el foro ideal para que Mariano Rajoy arengara a los suyos de cara a las elecciones del 24 de mayo, pidiéndoles que se centren en explicar los éxitos económicos y no se distraigan en peleas internas como las surgidas tras el desastre electoral en Andalucía. A su lado estaban los dos protagonistas de la guerra abierta en la cúpula popular, María Dolores de Cospedal y Javier Arenas.

«Conviene distinguir lo importante de lo que no lo es, conviene tener claros los objetivos y no distraerse en cuestiones intrascendentes o irrelevantes», aseguró al inicio de su intervención. En otro momento señaló que el PP no debe enredarse «en cosas que le importan a veinticinco, a veinticinco». A su manera, reprendía a los dirigentes que desenterraron el hacha de guerra. Aunque, en uno de sus habituales juegos dialécticos, aseguraba que no iba a hacer un llamamiento a la unidad, porque el PP es «un partido unido».

Respaldo a De Cospedal

El presidente del Gobierno ya indicó en vísperas del encuentro que no iba a hacer cambios en la dirección y ayer respaldó expresamente a la secretaria general, que «ha tenido que lidiar situaciones muy complejas y muy difíciles». También lanzó un mensaje a los candidatos autonómicos y locales que quieren personalizar al máximo sus campañas y dejar en segundo plano las siglas del PP, temerosos de que les perjudiquen. «Este partido y esta sigla es la que nos va a hacer ganar de nuevo las elecciones y conviene que no lo olvidemos», aseguró.

Lo que dejó claro ayer es que no va a cambiar un milímetro su estrategia basada casi exclusivamente en la recuperación. Las demandas de algunos barones de no fiarlo todo a la economía no han surtido ningún efecto. Ayer le dedicó gran parte de su discurso e incluso elevó el tono respecto a otras ocasiones. Se refirió a los «magníficos» datos del paro y la seguridad social conocidos un día antes de la celebración de la junta directiva, al «récord histórico» en el índice de confianza del consumidor y al hecho de que ahora «nos pagan» por comprar nuestra deuda. Y volvió a situar en los 20 millones de trabajadores el objetivo para la próxima legislatura. Pero todo eso se pondrá en riesgo, porque aún queda mucho por hacer, si se vuelve a las políticas socialistas que llevaron al país a la ruina o se opta por «aventuras desconocidas que pueden generar inseguridad e inestabilidad». Una de las referencias que hizo a los partidos emergentes, Podemos y Ciudadanos. «La falta de experiencia no es un valor positivo en ningún ámbito de la vida y mucho menos cuando se está hablando de los intereses de 46 millones de españoles», dijo en otra alusión. «Votarnos a nosotros no es hacer experimentos ni jugar a la ruleta, nosotros no somos un foro de debate o una pandilla de amigos ni nos nutrimos de los que cambian de sigla cada momento no tenemos que andar buscando candidatos por cafeterías»», afirmó. Frente a ellos opuso al PP, una «organización seria, con un programa, con nuestros defectos, nuestras problemas y nuestras historias, pero que los momentos difíciles ha dado la talla».

Hizo un llamamiento para «llegar hasta el último votante y explicarle con detalle que su voto y su confianza han valido la pena». Y dio una especie de instrucciones a seguir cuando los ciudadanos les digan, «con razón», que les han defraudado, a lo que deberán responder que «hemos acertado en lo importante», o cuando les recuerden los casos de corrupción, a lo que dirán «con mucha humildad que nosotros estamos tan escandalizados y abochornados como ellos» y que no existe impunidad, han hecho las reformas necesarias para que no vuelva a pasar y las fuerzas de seguridad, la fiscalía y los jueces actúan con absoluta independencia y velan por el cumplimiento de la ley.