Un juez de Canarias cree posible que Repsol oculte «una colosal reserva de crudo»

Efe

ESPAÑA

Luis Helmut Moya Meyer, que hace semanas se declaró partidario de paralizar los sondeos, considera que su «huida» puede ser «táctica»

22 ene 2015 . Actualizado a las 16:55 h.

Uno de los seis magistrados del Tribunal Superior de Justicia de Canarias (TSJC) que han supervisado la legalidad de las prospecciones realizadas por Repsol a 50 kilómetros de las islas considera que la empresa podría ocultar «una colosal reserva de crudo» y que su «huida» puede ser «táctica».

La Sala de lo Contencioso Administrativo del TSJC ha dictado esta semana un auto por el que se ratifica en las razones que le llevaron a defender que no procedía suspender cautelarmente las prospecciones autorizadas a Repsol al este de Lanzarote y Fuerteventura. El auto está fechado el pasado viernes, mismo día en el que Repsol anunció públicamente que abandonaba su proyecto exploratorio en Canarias, porque, tras haber perforado hasta más de 3.000 metros de profundidad en el Atlántico en el denominado pozo «Sandía», no ha encontrado reservas de gas o petróleo explotables.

La resolución cuenta con el voto particular de uno de los seis magistrados de la Sala, Luis Helmut Moya Meyer, el mismo que hace semanas se declaró partidario de paralizar los sondeos por apreciar defectos legales en el proceso seguido para su autorización. Esta vez, este magistrado del TSJC plantea en su voto discrepante que los ministerios de Industria y Medio Ambiente han podido incurrir en «desviación de poder» para garantizar a Repsol los permisos, con un «inexplicable abandono del principio de cautela» y una actuación «orientada desde un principio a remover todos los obstáculos que se opusieran a la aprobación del proyecto». Pero, además, subraya que no se cree ni la información facilitada por Repsol durante las prospecciones, ni tampoco que la empresa haya decidido retirarse por no haber encontrado nada de valor. «Si se decide a hacer unas prospecciones en un punto muy concreto, arrostrando todas las consecuencias de la fuerte oposición social e institucional que el proyecto suscitaba, es porque se tienen algo más que indicios de la presencia de crudo en el subsuelo», alega.

Moya Meyer sostiene que «no es difícil pensar» que la campaña sísmica que Repsol realizó en la zona hace años, antes de que el Supremo revocara su anterior permiso, le permitió detectar «una colosal reserva de crudo, que le decidió a afrontar todo el desgaste que iban a suponer las prospecciones», rechazadas por las principales instituciones canarias y numerosos colectivos sociales. «Así que resulta curioso que se diga que solo se han detectado pequeños depósitos, de los que no se informó durante la ejecución de las catas», añade este juez, en un auto difundido hoy por el TSJC. La voz discrepante de la Sala sostiene que «no se entiende que sea abandonado (el pozo Sandía y la posibilidad de hacer una segunda cata) sin dar una explicación suficiente de las verdaderas razones que se ocultan detrás de esa decisión», lo que le inclina a pensar que Repsol se va de la zona en una «huida táctica», ya que por ahora «no ha renunciado en forma a las autorizaciones».