«El poder en España está alejado de los ciudadanos»

Jorge Lamas Dono
Jorge Lamas VIGO / LA VOZ

ESPAÑA

El vigués Óscar Pazos denuncia en un muy personal ensayo sobre Madrid el «exacerbado centralismo» del Estado y el papel «decorativo» de las autonomías

18 mar 2013 . Actualizado a las 17:32 h.

Madrid es una isla. El Estado contra la ciudadanía (Los Libros del Lince) es el título del ensayo escrito por Óscar Pazos en el que denuncia la trama de «instituciones e intereses mediante la cual el complejo político-económico español gobierna el país desde la distancia». Desde Madrid.

-¿Qué idea ha presidido el libro?

-Es un ensayo histórico sobre lo alejado que está el poder en España de los ciudadanos y cómo todo esto lleva a Madrid, y a la configuración del poder en unas pocas personas. El libro trata de explicar cómo vienen utilizando desde hace mucho el poder en su beneficio, siempre a costa del resto de España.

-¿Es una conspiración?

-No, es una herencia de viejos vicios porque Madrid es una capital vieja con vicios de Gobiernos absolutos. En la investigación histórica, busco esos pasos que dieron los pactos entre lo viejo y lo nuevo, y que facilitaron que muchas formas de gobernar heredadas de la Corte absoluta, que había en Madrid, pasaran a los Gobiernos liberales hasta la actualidad.

-¿Cómo dieron ese paso?

-Fue en el siglo XIX. Los Gobiernos quieren hacer un país moderno pero sin perder el control y en su propio provecho. Se llevan, por ejemplo, la universidad a Madrid y crean la Universidad Central, que monopoliza los doctorados y limita el número de estudiantes. Hacen lo mismo con los medios de comunicación. Nada es por casualidad, hay una historia de manipulaciones e intervenciones estatales.

-¿Y cuál es su teoría respecto al poder económico madrileño?

-Madrid siempre fue dependiente de la deuda. Mientras Barcelona o el País Vasco creaban sus bancas apoyándose en sus industrias, Madrid siempre tuvo un mercado financiero que le proporcionaba el Estado por la necesidad que este tenía de endeudarse. Así que Madrid era una plaza financiera sin tener industria. Pero esto también se solucionó durante el final de la Restauración, con el directorio militar de Primo de Rivera. El Estado creó los grandes monopolios y centralizó sus empresas nacionalizadas en Madrid. Son industrias fáciles de controlar que hacen fluir grandes cantidades de dinero. Madrid se convierte así en la dueña de la industria y el comercio en España.

-¿El Estado de las autonomías sirvió para corregir la situación?

-Desde su creación, el nivel de concentración económico y empresarial en Madrid es similar a etapas anteriores. Las autonomías son figuras decorativas. Aunque la periferia también está en Madrid porque la constituyen todas las personas que no tienen acceso al poder.

-¿Se puede personificar en alguien ese poder?

-El presidente de la liga de lobbistas de Washington estuvo en Madrid dos días y le llegó para decir que el poder en España estaba concentrado en pocas personas de los partidos. Está concentrado en los políticos, altos funcionarios, empresarios y banqueros, que desde hace 30 años son los mismos. Todos tienen los mismos canales de promoción, como Rajoy. Sacan una oposición lo antes posible, se meten en política, empiezan a medrar en la Administración, porque Rajoy nunca pasó por la empresa privada, pero van aumentando su currículo y experiencia. Es gente con mucha influencia y poder, y se mueven dentro de círculos muy cerrados.

-¿Es aplicable solo a la derecha?

-No, a todos. Tras la Guerra Civil estuvo en la derecha por las circunstancias, pero después hubo un pacto con la izquierda porque había necesidad de entrar en Europa.

-¿Ocurre algo similar en otras capitales europeas?

-No, París, que es lo que Madrid querría haber sido, no es comparable por su historia. Madrid fue elegida por Felipe II para retirarse, para no dar cuentas de su poder. Eso sigue presente con el síndrome de la Moncloa, por el que los presidentes se recluyen para no dar explicaciones. Se parapetan en la dignidad de las instituciones.

ÓSCAR PAZOS AUTOR VIGUÉS QUE ACABA DE PUBLICAR EL LIBRO «MADRID ES UNA ISLA»