Griñán descarta exigir ya primarias tras una reunión con Rubalcaba

Paula de las Heras / Colpisa

ESPAÑA

Dice que el problema no es de ideas sino de personalismos

08 nov 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

Si de José Antonio Griñán depende, no habrá revuelta interna en el PSOE tras las elecciones de Cataluña. Al menos, ese fue el mensaje que dejó ayer tras participar en un desayuno informativo en Madrid y apenas dos días después de un almuerzo de reconciliación en Ferraz con Alfredo Pérez Rubalcaba. El presidente de la Junta de Andalucía defendió que no es el momento de discutir sobre liderazgos internos y que tratar de organizar unas elecciones primarias en 2013 para elegir ya al candidato que concurrirá a las próximas generales «puede ser prematuro». «Cuanto más cerca de los comicios, mejor», precisó.

En el entorno del dirigente andaluz, que tuvo un papel protagonista en el episodio de turbulencias internas abierto al calor de las elecciones de Galicia y el País Vasco, sostienen ahora que pensar en el 25 de noviembre catalán como el Rubicón tras cuyo paso se abrirán movimientos internos, como barruntan algunos críticos e incluso algunos afines, está fuera de lugar. Y niegan que lo que ocurra en esa cita con las urnas pueda interpretarse como síntoma de la debilidad del secretario general. «Las elecciones catalanas son para los catalanes y para el PSC», subrayan.

Griñán llegó a lanzar incluso un mensaje a los aspirantes a sustituir a Rubalcaba para que calmen sus ansias. «El problema del PSOE no es ideas, las ideas socialistas están en el corazón de millones de ciudadanos; el problema, que no es realmente un problema puede ser de impronta o personalidad de una u otra persona». Fuentes próximas al presidente andaluz aclararon que con esa frase solo pretendía constatar que a los posibles candidatos a la presidencia del Gobierno -nombres como el de Patxi López, Carme Chacón, Eduardo Madina y Emiliano García-Page- les diferencia el carácter o el modo de hacer, pero no la ideología. Y por ese mismo motivo, Griñán sostiene que «hay que tener paciencia».

«No podemos resolver los problemas que tenemos con una respuesta orgánica; no podemos meternos en debates de personas -añadió unas horas después en una entrevista en La Sexta-; ir a una bicefalia o a la confrontación cuando hay gente que lo está pasando mal es una barbaridad». En cualquier caso, aseguró que llegado el momento, y como presidente del partido que es, adoptará una posición neutral; algo que, a su entender, debería hacer toda la ejecutiva. ¿Y si Rubalcaba aspira a las primarias? «No debe ser secretario general ejerciente», advirtió.

El presidente de la Junta de Andalucía sostiene a pesar de esa última afirmación que la actual dirección, de la que él forma parte, «está asentada para llegar al final de su mandato». Apuesta, pues, por la estabilidad y por actuar en dos frentes el económico-social y el territorial. Esos dos temas centraron la comida con Rubalcaba, con el que apenas había hablado desde las elecciones del 21 de octubre.

El presidente de la Junta de Andalucía sostiene que tras la apuesta independentista de Artur Mas se esconde en realidad lo que en su círculo llaman el «egoísmo fiscal». Es decir, que lo que defiende CiU, dicho por el propio Griñán, «no es un sentimiento, es un interés». Griñán tildó de «correcta y honesta» la posición de los socialistas catalanes, pero dejó claro que él no apoyará el «derecho a decidir» sobre la independencia de Cataluña, aunque sea para votar «no» como defiende el PSC.

La crisis del PSOE dice que el problema no es de ideas sino de personalismos