Rajoy y Sánchez traen a Galicia el debate sobre la gobernabilidad de España

x. gago / d. sampedro SAN CIBRAO, VILALBA / LA VOZ

ELECCIONES 2016

El líder del PP: «Si hay que volver a elecciones, se va, y se ganarán con más votos»

22 sep 2016 . Actualizado a las 08:40 h.

Mariano Rajoy y Pedro Sánchez, dos rivales en apariencia irreconciliables, han trasladado a Galicia su pugna por la Moncloa. Ambos buscan con su presencia casi continua en la campaña reforzar a sus candidatos, Feijoo y Leiceaga, y parte del botín de la victoria, que incluye la clave para gobernar España.

Ambos pasaron por Vilalba. Allí Rajoy lamentó que ha explicado «mil veces a Sánchez» las consecuencias del «bloqueo de España». Luego estuvo en Cospeito, Mondoñedo, Ribadeo y Foz. Fue recibido una y otra vez por vecinos entusiastas. Pletórico y acompañado de Javier Arenas, entró en la Casa da Cultura de San Cibrao al ritmo de una versión rock duro del himno del PP. Allí, ante otro auditorio lleno, se mostró desafiante: «Voy a volver a San Ciprián como presidente del Gobierno, y cuando vuelva, volveré a decir lo mismo: si hay que volver a ir [a unas terceras elecciones], se va, y se van a ganar con más votos». A los ocho millones de personas que dieron su confianza al PP, dijo, «Mariano Rajoy no les va a fallar y no se va a rendir». Tres frases que conjugó con demostraciones de cariño al país: «Pretendo morir, dentro de muchísimos años, en Galicia»; y con un mensaje claro para el domingo: «Las alternativas son dos, o 38 o 37 escaños, que es uno menos. Si son 37, [los otros partidos] harán lo mismo, juntarse y lesionar la economía de los gallegos», como dijo que hizo el bipartito PSOE-BNG durante «cuatro años de pesadilla». «No puede ser, tenemos que sacar 39, 40, 41, 42...», pidió.

En Vilalba se plantó también ayer el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, trasladando el debate de la gobernabilidad de España a la escena gallega al reiterar su rechazo a Rajoy, animando a la militancia a rebelarse contra los «silencios» del dirigente popular sobre Barberá, Bárcenas o Granados. Pero también amplió el foco hacia Podemos, al hilo del pulso que libran Pablo Iglesias e Íñigo Errejón sobre la «dureza» que ha de desprender el discurso del partido morado.

Tras cuestionar la «profundidad ideológica» de Podemos, Sánchez dijo que «lo duro fue ver a Pablo Iglesias votando no junto a Mariano Rajoy a un gobierno progresista», reproche que fue celebrado por el público que siguió su intervención en Vilalba.

Y ahí se quedaron los roces del líder del PSOE, que no reiteró en el mitin posterior de As Pontes, muy acotado en tiempo por el avión que tenía que tomar Pedro Sánchez. Tampoco siguió por esa senda Fernández Leiceaga, el candidato socialista a la Xunta, que hizo una apelación a concretar el voto progresista en el PSdeG para hacer el cambio posible y darle «unha cura de humildade», dijo, a un PP que está instalado «na soberbia» de creer que ya ha ganado.