Manuel Fraga: «No puede gobernar quien rechaza un debate»

ELECCIONES 2016

1 de octubre de 1982

En la precampaña de las elecciones generales del 82 también se debatía sobre los debates. Felipe González, favorito en los comicios, huyó de ellos. Y mandó en su lugar a Alfonso Guerra. ¿Les suena? 

10 dic 2015 . Actualizado a las 16:33 h.

Viernes 1 de octubre de 1982. La página 14 de La Voz de Galicia recoge una contundente declaración de Manuel Fraga Iribarne, entonces líder de Alianza Popular, cuarto partido en el Congreso, sobre los cara a cara electorales. «No puede ser jefe de Gobierno una persona que no acepta un debate público con un político democrático», dijo el león de Vilalba en una rueda de prensa celebrada en Barcelona. Se refería a Felipe González.

El líder socialista se había negado a participar en un encuentro público con los principales candidatos: Landelino Lavilla, Adolfo Suárez, Santiago Carrillo, Miquel Roca... Y envío en su lugar a su entonces número dos, Alfonso Guerra, el que luego fuera muy poderoso vicepresidente del Gobierno desde 1982 hasta 1991. Eso no le sentó nada bien a Fraga, que tenía muy claro que a él «nadie iba a pararle los pies» y que insistió ese día desde Santa Coloma de Gramanet en que «rechazar debates públicos, como hace Felipe González, es una prueba de que no se cree su propio programa y no se atreve a discutirlo». 

Mucho se debatió entonces sobre los motivos de la maniobra de Felipe (similar a la que ha efectuado Rajoy en la campaña del 20D), pero este tenía entonces claro que no podía cometer un tropiezo en su carrera hacia la Moncloa. La misma página de La Voz recoge como el político sevillano aleccionaba a sus militantes. 

La frase: «La victoria no es cosa hecha»

«En estos momentos se quiere hacer creer que la victoria socialista es cosa hecha, y sería un grave error atender a esos cantos de sirena». Así empezaba una carta enviada por el líder del PSOE en la que felicitaba a los suyos por haber sabido, durante «una compleja y azarosa legislatura, conjugar su difícil papel de oposición con la tarea de mantener la gobernabilidad y la estabilidad de las instituciones del país».