¿Quién dice la verdad en un debate?

César Casal González
César Casal DIARIO DE CAMPAÑA

ELECCIONES GALLEGAS 18F

PACO RODRÍGUEZ

06 feb 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Todos y ninguno. Esa es la respuesta a ¿quién dice la verdad en un debate? Anoche lo vimos una vez más. Las caravanas se detuvieron para participar en un encuentro televisivo que fue la previsto: un desencuentro televisado por la TVG. También se cumplió lo de cuatro contra uno. Todos contra Rueda, como predijo mi compañero Fernando Hidalgo en un artículo en La Voz. Difícil aislar conclusiones con tanto ruido. Lo más repetido fue señor Rueda, y lo segundo más pronunciado por todos: «Non é verdade».

La destroyer. Isabel Faraldo, de Podemos, fue la más radical. Un lenguaje a pie de calle, en el que no faltó el clásico en el partido de Pablo Iglesias de citar a Amancio Ortega sin venir a cuento.

La apuntadora de Yolanda Díaz. Marta Lois colocó los tópicos de los mensajes de su jefa de filas en Sumar, la gallega Yolanda Díaz. Lois estuvo correcta y fue la que más aludió a la posibilidad de un gobierno de tres, no de cuatro, ninguneando las ya escasas posiblidades podemitas.

La autoestima por los cielos. El candidato socialista deja para la posteridad una de las mayores muestras de autoestima presenciada en tiempos. Solo superado tal vez por su líder Pedro Sánchez. Ojalá me levantase por las mañanas amándome tanto como se ama José Ramón Gómez Besteiro. Qué manera de moverse. Qué tono medido, tan medido que a veces parecía el sermón de un cura. Qué manera de estar en la posesión de la verdad absoluta, de la ambición grande y del progreso definitivo. Tanto que no se dio cuenta de que los demás no le hacían caso.

La delegada de la clase. Ana Pontón no fue a un debate a cinco. Fue a un cara a cara. Desde el segundo uno. Hizo como si los demás no existiesen y no le fuesen necesarios para un posible cambio de gobierno en Galicia. Se centró en descentrar a Rueda. Su actuación tuvo un nivel alto, muy parecido al que demostró contra Feijoo en el debate a siete de hace años. Pero ya sabemos que sacar ventaja en un debate no es lo mismo que ser elegido luego presidente de gobierno, como le sucedió a Feijoo contra Sánchez en el julio pasado. Pontón fue hábil y no dejó ni rastro de nacionalismo en sus intervenciones. Fue contundente con su enemigo Rueda, pero un espectador ajeno tendría difícil responder por qué partido se presenta la candidata del Bloque. En su contra, no supo responder a la acusación de Rueda de querer aplicar el monolingüismo en Galicia.

Señor Rueda. Cuatro contra uno. Sobre todo Ana Pontón. Así se hizo difícil que Rueda se defendiese. De hecho, lo más repetido en el debate fue «señor Rueda». El candidato del PP estuvo a punto de irse como un secundario de lujo del debate hasta que sacó la foto del pacto del BNG con Bildu, el Bildugal, como rebautizó al Bloque algún comentarista de radio. Rueda se aplicó demasiado en minimizar daños y solo se soltó al final.