«Non temos ningún dereito, salvo un contrato»

T. M. SANTIAGO / LA VOZ

EDUCACIÓN

XOAN A. SOLER

Eliseo Pérez ha firmado más de 15 contratos para proyectos en los últimos doce años

02 mar 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Eliseo Pérez, físico de formación que ejerce como técnico superior de apoyo a la investigación en la Facultade de Física, es uno de esos 600 nombres que cobran su salario del capítulo VI de los presupuestos universitarios. Personal temporal por definición -se le contrata dentro de un proyecto de investigación- pero que puede ir enganchando un contrato tras otro. Eliseo ha firmado más de 15 en los últimos doce años «contando contratos e prórrogas», explica. ¿Cómo se lo toma uno? «É un pouco complicado, porque sempre estás coa angustia do que vai pasar despois». Porque su trabajo depende de la financiación que obtienen los grupos de investigación. «Ás veces os proxectos chegan a tempo e outras non e tes entre o contrato un tempo morto esperando», explica. Él ha tenido suerte, porque el lapso de tiempo entre contrato y contrato ha sido, como máximo, de poco más de un mes. Pero afecta. «É complicado para a vida a profesional e persoal. É sempre unha incerteza», dice.

Además, no tiene los mismos derechos que un trabajador universitario que se considera puesto estructural. Como no había regulación de ningún tipo -salvo el estatuto de los trabajadores y los puntos sobre prevención de riesgos y vacaciones del personal de administración, en el que se les incluye-, «dentro do colectivo non podes facer nada, estás encasillado». No hay escala laboral, no hay posibilidad de promoción, «non temos trienios, non temos antigüidade... non temos absolutamente ningún dereito, salvo un contrato». La situación llega hasta tal punto que algunos pagan de su bolsillo el equipo de protección personal. «No meu posto si que nos dan batas -dice Eliseo Pérez-, pero a min si que me consta, tras facer unha visita recentemente, xente que mercaba as gafas» después de recibir largas.

Las cosas mejoraron un poco gracias al acuerdo al que se llegó con la universidad en el 2014, que establecía una serie de categorías -Eliseo ha firmado contratos en los que solo aparecía como referencia «titulado superior»- y de mínimos salariales. Porque antes «a referencia era o salario mínimo interprofesional». Era el sueldo para «xente que pode ter un doutorado, falar idiomas, ter un máster e dez anos de experiencia internacional».