Las navieras españolas encargan fuera los buques que construían en Galicia

Manoli Sío Dopeso
m. sío dopeso VIGO / LA VOZ

ECONOMÍA

Oscar Vázquez

Balearia y Armas, clientas históricas del sector, adjudican ferris en Italia y Australia

11 may 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

El sector naval gallego es un sufridor nato que no gana para disgustos. Salió vivo de dos reconversiones, de la amenaza asiática, del veto de la Unión Europa (crisis del tax lease) y del desplome del sector off shore (una de sus especialidades) porque ya nadie construye buques para buscar petróleo.

Y ahora que la caída del precio del combustible va haciendo repuntar la demanda de barcos de pasaje en todo el mundo, los astilleros privados gallegos, expertos en la construcción de ferris y catamaranes, se están quedando fuera de las licitaciones de quienes hasta ahora han sido sus grandes clientas, las navieras españolas.

En los últimos 15 años, el sector gallego ha liderado la construcción de buques de este segmento. Los astilleros han modernizado la flota de ferris de las grandes compañías como Suardíaz o Trasmediterránea, pero, sobre todo, han trabajado fuerte para Balearia y Armas, a las que han entregado más de una docena de barcos considerados de los más innovadores del segmento.

Los vínculos entre estas empresas y el sector gallego son muy estrechos, por eso llama la atención que ninguna de las nuevas construcciones programadas para el período 2017-2019 tengan como destino un astillero de Galicia.

El presidente de Balearia, Adolfo Utor, presentó recientemente el plan estratégico de inversiones de la naviera para los próximos 5 años, que asciende a 450 millones. Pasa por la construcción de tres nuevos buques tipo ferri (de pasajeros y vehículos). Uno de ellos ya está en construcción en el astillero La Naval, de Sestao. Los otros dos han sido adjudicados a Cantieri Navale Visentini, en Italia

¿Confianza perdida?

Las malas noticias no paran de llegar. La naviera Armas, que ha construido en Galicia más de una decena de buques, ha encargado a la factoría naval australiana Incat el diseño y la construcción de un nuevo ferri catamarán de 109 metros de eslora, que entregará a principios del 2019, para el que ha presupuestado cerca de 100 millones de euros.

Lo preocupante de la situación, según apuntan fuentes del sector en Galicia, es que «ni los astilleros italianos ni los australianos son más competitivos que los gallegos en cuestión de precio, y mucho menos en conocimiento de un tipo de barco que Galicia sabe hacer muy bien», dicen.

XOAN CARLOS GIL

Solo Trasmediterránea mantiene su vinculación con el naval gallego, concretamente con el vigués Vulcano, que, tras varios sobresaltos (incluida la amenaza de cierre), se encargará de terminar para esa naviera un buque embargado que era propiedad del Banco Santander.

«Es para preocuparse. Si perdemos el negocio de los ferris, ¿qué nos queda?» Reflexionan a modo de pregunta fuentes del sector naval gallego, que mientras vuelca sus esfuerzos en obtener pedidos de otro segmento de buques (atuneros, oceanográficos o pequeños cruceros).

Pymar, la asociación de pequeños y medianos astilleros españoles, considera que hay más mercado y apela al optimismo. Se basa en el impulso de las contrataciones registradas durante el segundo semestre del año pasado y en las negociaciones de nuevos encargos en curso, «que invitan al optimismo para este 2017».

Dice esta organización que la clave será la capacidad de adaptación de las compañías a los nichos de mercado que cuentan con una mayor demanda, como los buques de pasaje, en los que Galicia no ha tenido fortuna, los oceanográficos y determinados barcos pesqueros de un alto contenido tecnológico. «Es en estos mercados donde los astilleros privados españoles tendrán más oportunidades de negocio en los próximos meses», aseguran desde Pymar.