La banca avisa: los clientes «tendrán que acostumbrarse» a pagar por todo

Ana Balseiro
ana balseiro MADRID / LA VOZ

ECONOMÍA

Pilar Canicoba

Sostiene que se aplicará en cinco años, pero admite que no será «ni fácil ni pacífico»

21 abr 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

«En la próxima década [es decir, dentro de cinco años], el cobro de los servicios prestados será la norma, por mucho que, de momento, las estrategias comerciales de atracción de clientes basadas en la gratuidad de las comisiones sigan formando parte de las herramientas de diferenciación de algunas entidades que necesitan reforzar su atractivo en el corto plazo». Así de contundente se mostró ayer el presidente de la Asociación Española de Banca (AEB), José María Roldán, al anunciar el final del «gratis total» de los servicios bancarios.

Lo hizo durante su intervención en un foro financiero en el que aseguró que este giro en el negocio bancario, al igual que está ocurriendo en otros sectores como la prensa, el cine, la música o la literatura, «no será fácil ni pacífico», pero subrayó que el cliente «tendrá que acostumbrarse a pagar de manera explícita por aquellos servicios que antes pagaba de manera menos transparente».

Y es que las dificultades que atraviesa la banca -el entorno de tipos cero y las exigencias regulatorias asfixian sus márgenes- le obliga a repensar con urgencia su modelo tradicional de negocio, en un mercado cada vez más disputado, con nuevos competidores y en plena transformación tecnológica.

Una de las primeras medidas que el sector está tomando es la de redimensionar sus redes, cerrando oficinas cada vez menos frecuentadas por los clientes, que están migrando en masa hacia las aplicaciones digitales.

Solo un 7 % en oficinas

Un ejemplo lo puso, en el mismo foro, el consejero delegado de Caixabank, Gonzalo Gortázar, que cifró en un 7 % las operaciones que realizan los clientes de la entidad catalana a través de las oficinas, mientras que una cuarta parte se hacen ya desde el móvil.

Por ello, Gortázar abogó por transformar las sucursales para que, en vez de ser el lugar donde realizar operaciones, se centren en crear valor añadido. Porque ese «valor añadido», como por ejemplo, asesorar al cliente sobre productos financieros, es el que rentabilizarán. Se acabó lo de pasarse por el banco para charlar y, de paso, que nos recomienden cómo rentabilizar los ahorros: ahora tendrá precio.

«Esto no es nuevo», señala Mónica Melle, profesora de Economía Financiera de la Universidad Complutense, que explica que la banca española lleva tiempo cobrando «pequeñas comisiones» por los servicios que presta. «Aunque los dos euros por usar los cajeros a clientes de otras entidades fueron muy llamativos, lo normal es que no nos enteremos siquiera de que nos cobran las comisiones, precisamente por eso son pequeñas, para quedar casi ocultas, como con los mensajes SMS que nos envían al utilizar la tarjeta de crédito, por ejemplo».

Melle sostiene, como José María Roldán, que estos cobros «van a ir a más» porque la banca, en un escenario complejo como el que vive en la actualidad, tiene que volver a ser rentable. Y añade que es una tendencia global. «Nosotros aquí, con las cajas, que tenían una función más social, estábamos acostumbrados a otras pautas, pero en el resto del mundo no es así», dice, y apela a que el supervisor tendrá que extremar la vigilancia para evitar abusos.

El futuro traerá más fusiones «amistosas» y entidades paneuropeas

En su descripción de los retos a futuro de la banca española, el presidente de la AEB también se refirió a la ola de fusiones en ciernes. Roldán señaló que constituyen una buena manera de resolver los problemas de eficiencia de las entidades. «Aunque en el pasado las fusiones con complementariedades resultaban atractivas, ahora lo que manda es la eficiencia y la rentabilidad de la unión en plazos muy cortos», dijo, destacando además que «si en general las amistosas son más eficaces que las hostiles, en el caso del sector bancario esto es aún más cierto».

Por ello, el líder de la patronal bancaria abogó porque, de producirse operaciones de consolidación «casi con toda seguridad, serán amistosas y bendecidas por el supervisor», y servirán para reforzar no solo a las entidades resultantes, sino también al conjunto del sector bancario nacional.

Roldán también pronosticó para los próximos años una eurozona en la que habrá bancos paneuropeos, con presencia en la práctica totalidad de los países y con cuotas de mercado importantes en ellos.

En cualquier caso, advirtió que habrá que esperar algunos años, ya que «el actual entorno regulatorio y de tipos hace que sea muy difícil para cualquier banco plantear operaciones que estresen el capital regulatorio y no produzcan resultados en el muy corto plazo».

Y concluyó asegurando que «si la unión bancaria no comporta la creación de entidades genuinamente paneuropeas en una década, este proyecto, sin duda, habrá fracasado».