El servicio de interrumpibilidad eléctrica no se usa desde hace 15 años

f. f. MADRID / LA VOZ

ECONOMÍA

CESAR QUIAN

Las grandes industrias intensivas se prestaban a reducir potencia o a dejar de funcionar  cuando la seguridad del suministro estuviera en peligro

15 abr 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Hubo un tiempo en este país en el que la potencia eléctrica instalada (la capacidad de generación) era tan justa que en ocasiones era incapaz de atender puntas de demanda. Y fue entonces, en 1995, cuando el Gobierno decidió crear el llamado servicio de interrumpibilidad, mediante el cual las grandes industrias intensivas (las devoradoras de energía eléctrica), como Alcoa, se prestaban a reducir potencia o directamente a dejar de funcionar temporalmente cuando la seguridad del suministro estuviera en peligro, pero a cambio de dinero. Los años pasaron, llegó el bum de las renovables, la crisis y el bajón del consumo. La potencia instalada supera ahora con creces a las puntas de demanda (100.000 megavatios frente a consumos de 40.000) y, sin embargo, el servicio sigue existiendo, pero ya más como un mecanismo de subvenciones a las industrias para abaratar el precio de la energía y competir en mejores condiciones allende los Pirineos. De hecho, la última vez que el operador del sistema eléctrico, Red Eléctrica de España (REE), precisó interrumpir el suministro a las grandes industrias fue en el 2001. Desde entonces no se ha usado, reconoció el director general de Operación de REE, Miguel Duvison, pero «ese mecanismo tiene que estar ahí» por si se producen «situaciones críticas». Sí se efectúan pruebas sin previo aviso para comprobar que las industrias están preparadas. Este año aún no se han realizado cortes, pero sí el pasado.

Desde hace dos años, las ayudas se adjudican mediante subastas anuales que organiza REE y que reparten 500 millones. En septiembre está prevista la próxima.

El presidente de REE, José Folgado, defendió ese mecanismo y el de pagos por capacidad para garantizar a las industrias un precio asequible de la energía que las haga competitivas.