Alberto García Erauzkin: «R es más gallega ahora con Euskaltel que con el accionariado anterior»

Rubén Santamarta Vicente
Rubén Santamarta REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

Vítor Mejuto

Insiste en que ,tras la integración, no habrá impacto ni en la plantilla ni en los proveedores. «Y crearemos empleo»

10 abr 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Afronta este 2016 Alberto García Erauzkin (Erandio, Vizcaya, 1960) su quinto año al frente de Euskatel, tras relevar al histórico José Antonio Ardanza (que antes fue lendakari). El último ha sido un ejercicio de vértigo, convenciendo a fondos internacionales para que apostaran por la compañía, sacando a bolsa la discreta cablera vasca, y completando la jugada con la compra de R. Las suspicacias que levantó aquella operación, por la pérdida de identidad de la firma gallega y el impacto laboral que podía tener, hoy, dice, no tienen fundamento: «Nos hemos puesto como principio que aquí no sobra nadie». Ni en plantilla directa (más de 200 personas en Galicia) ni en indirecta, en proveedores de servicios para R de los que dependen unos mil puestos. «No habrá impacto, insisto. Es más -añade-, fruto de la actividad esperamos poder crear más empleo directo e indirecto en las dos comunidades».

-¿No prescindirán de proveedores gallegos cuando haya duplicidades?

-No. Las compras que se hacían a nivel local seguirán haciéndose así porque tienen su sentido. Y lo vamos a potenciar según cada caso. Por ejemplo, hay proveedores gallegos en desarrollo de hardware y software para el futuro hogar digital de los que tiraremos para el País Vasco. No solo no se va a resentir, sino que se va a potenciar esa alianza. No me suena ningún proveedor gallego que se haya visto afectado por la integración. Que el director de innovación del grupo sea de R, y que además sea el responsable del clúster gallego de empresas TIC, va a reforzar la relación de R y de todo el grupo con los proveedores gallegos.

-¿Han detectado rechazo en Galicia por su compra?

-Es cierto que desde que lanzamos la oferta de compra en julio del 2015, hasta que la cerramos en noviembre hubo cuatro meses de incertidumbre. Para los clientes y para la plantilla. Y para Galicia en general porque R es una marca emblemática. Pero es que, por normativa legal, no podíamos explicar el proyecto conjunto. Pero por encima está lo que estamos haciendo. Por ejemplo, que un 40 % de los directivos del nuevo grupo serán de R. Vamos a aprovechar lo mejor de cada casa.

-¿Hay clientes que se hayan ido porque digan que R ya no es gallega?

-No. ¿Qué ha cambiado? Antes había un fondo de inversión [el británico CVC tenía el 70 % del grupo, y el resto era de la actual Abanca] y ahora una compañía vasca, Kutxabank, de primer accionista, con Abanca, con una empresa inversora española como Corporación Financiera Alba, y unos fondos que valoran precisamente la fortaleza de cada una de las compañías en su mercado, manteniendo sus marcas y su cercanía. Ahora R es más gallega que con el accionariado anterior.

-Cuando se hace la integración, CVC hace caja y se va, pero Abanca se queda, y parte de sus millonarias plusvalías, 80 millones, las invierte en comprar un 5 % de Euskaltel. ¿Les tuvieron que convencer?

-El mérito es de Abanca. Nosotros queríamos que se quedaran, pero no hicimos nada especial. Fue Abanca la que dijo que entraría disponiendo esa cantidad, más de 80 millones, fuera cual fuera el precio de la acción. Para ellos era una condición para firmar la venta. Con ello querían demostrar su compromiso con R y con Galicia.

-¿Y cuánto tiempo se va a quedar Abanca en su accionariado?

-Nosotros, tanto en la salida de bolsa [en julio] como en la ampliación de capital [en diciembre, cuando entró Abanca y se integró R], siempre hemos querido accionistas con vocación de permanencia. Eso es lo que nos ha transmitido Abanca. Luego, claro, cada empresa tiene sus circunstancias.

-Al poco de llegar ustedes, en febrero, se subieron las tarifas de R. ¿Es esa la primera consecuencia de la venta?

-Para nada. Hay que hacer un esfuerzo de explicación de las tarifas. Este es el único sector en el que se suben las tarifas porque los clientes piden mejorar los servicios, y el incremento de precio da como resultado que la unidad de servicio, que es el mega por banda ancha, o el giga en uso de datos, es menor. Estamos dando más, pero el coste por unidad de servicio es menor. Los tenemos que hacer porque el cliente lo demanda y porque esa mejora exige una inversión importante. Pasar de 100 a 350 megas exige una inversión, por encima de lo que están haciendo nuestros comparables. Estamos mejorando mucho el producto, pero el precio por unidad es menor.

-¿El cambio de proveedor de red Vodafone a Orange no es ir a peor en cobertura?

-Hemos hecho una medición detallada de la cobertura en Galicia, sobre Orange y sobre Vodafone, y sí, hemos encontrado zonas en las que uno tiene mejor cobertura que otro. Hay que explicarlo bien. Primero, para R va a resultar más económico utilizar la red de Orange por el acuerdo con Euskaltel. Y segundo, permite disponer ya de 4G, cuando con Vodafone no era posible. Empezaremos el cambio en verano porque Orange va a hacer un esfuerzo inversor de mejora de cobertura para que cuando empiece la migración el nivel de cobertura sea igual o mayor que con Vodafone.

-Tendrán que pagar a Vodafone por romper anticipadamente el acuerdo con R...

-Vodafone se ha portado de una manera muy elegante y ha renunciado a esa indemnización. Juega a largo plazo y supongo que es consciente de que acabamos el acuerdo con Orange en el 2019.

«No hay pactos de precios, cuatro operadores garantizan la competencia»

En apenas seis semanas, los grandes operadores de telefonía de España anunciaron una subida media de tarifas de tres euros al mes. Invita a pensar que se habían puesto de acuerdo. García Erauzkin lo niega: «El nivel de competencia que tenemos es tan grande que no concertamos nada. Nosotros nos hemos enterado a la vez que otros cuando subió Telefónica o Vodafone. No concertamos nada, tenemos una competencia feroz».

-¿Se garantiza la competencia con solo cuatro operadores?

-Tener cuatro opciones con servicios parecidos es garantía de competencia. De ahí la agresividad en las ofertas, aunque nosotros no somos de dar la paliza a los clientes con llamadas intempestivas.

-¿El futuro del sector la televisión a la carta?

-Es un gran gancho. Pero al usuario le interesa más tener convergencia de servicios, tele, Internet, teléfono... con un gran servicio y precio. En televisión, salvo en fútbol, estamos muy por delante, por ejemplo, en vídeo a demanda. El 60 % de la clientela tiene televisión contratada, algo inédito. Y con servicios que no tienen grandes operadores mundiales, como Virgin. Eso hay que decirlo y ponerlo en valor.

-Sin oferta deportiva como fútbol igual se quedan atrás...

-¿El fútbol? Es interesante, pero cuando lo tuvimos tanto en Euskaltel como R no llegaba al 5 % los que contrataban fútbol. Y de ellos, se fueron el 1 % del total por no tenerlo. Euskaltel y R pagaban cada uno entre 2 y 3 millones de euros por poder ofrecer fútbol. Ahora serían más de 14 millones al año en Euskaltel, y 13 en R. El pago de los derechos está desmadrado. Por eso está descartado.

-¿Y descartan volver a por la asturiana Telecable?

-R tenía interés por Telecable. Euskaltel tenía interés por Telecable, así que el nuevo grupo tiene interés por Telecable. Pero ninguna prisa. Habría una integración natural. Lo acaba de comprar un fondo, y será quien tenga que decidir. Nuestro gran proyecto era unir los tres operadores del norte, así que si ese era el 100 % digamos que estamos al 85 %, y vamos a esforzarnos por crecer. Si se presenta la oportunidad, la vamos a estudiar, claro.

-¿Están a salvo de una opa?

-Creo que tenemos la dimensión y capacidad de hacer más cosas que nuestros competidores. Los accionistas mandan, claro, pero los gestores creemos que tenemos capacidad para seguir solos sin que el cliente vea que se resienten los servicios.