La empresa gallega dobla sus ventas a Cuba en el escenario de apertura

Mario Beramendi Álvarez
mario beramendi SANTIAGO / LA VOZ

ECONOMÍA

Reuters

Galicia contabiliza 128 compañías que exportan regularmente a la isla

08 nov 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Cuba se ha convertido en uno de los grandes mercados en los que Galicia quiere ampliar su presencia inversora y comercial. De hecho, desde el inicio del proceso de apertura económica en la isla con el desbloqueo de las relaciones con Estados Unidos, la comunidad ha incrementado sus ventas en ese territorio caribeño. Según los datos del registro del Ministerio de Industria, en los ocho primeros meses del 2015, las empresas gallegas exportaron a Cuba por valor de 18 millones, más que en todo el 2014 y el doble que en el mismo período del año pasado. Cifras que son todavía insignificantes respecto al total de las exportaciones gallegas, que suman 18.000 millones, pero que sí muestran un cambio de tendencia.

En la actualidad, hay 128 compañías gallegas que venden regularmente su mercancía a la isla. Incrementar la base de empresas de Galicia que coloquen sus productos en Cuba es uno de los objetivos que ha trazado la Xunta, pero la estrategia pasa también por impulsar la inversión directa.

«Hoxe en día existen maiores facilidades para a constitución de sociedades mixtas, para as que o goberno cubano non se reserva xa a maioría do capital», explica Javier Aguilera, director xeral del Instituto Galego de Promoción Económica.

La Xunta es partidaria de aprovechar también la presencia de empresarios españoles en la isla, que ahora están asociados en una organización que preside el gallego Xulio Fontecha

En la actualidad, hay unas 25 empresas gallegas con presencia de una u otra forma en el país caribeño, en sectores como el conservero, la metalurgia, la automoción, el vino, los pescados y mariscos, la maquinaria industrial y las pinturas o barnices, un desembarco que se ha concretado por varias vías, bien a través de sociedades mixtas o por otras fórmulas, como contratos de asociación económica internacional, sucursales o contratos de agencia.

La Xunta ya ha presentado un programa en La Habana (tanto el presidente Feijoo como el vicepresidente Rueda han viajado ya a la isla) con el que busca facilitar el desembarco de firmas gallegas en el país en sectores como la construcción y la rehabilitación de viviendas, la ingeniería, las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), además de otras áreas, como el complejo agroalimentario, la industria pesquera, el naval o el transporte.

También hay movimientos en el sector financiero. Juan Carlos Escotet, el máximo accionista de Abanca, ya tiene en mente entrar en el mercado cubano. Sería a través de la compra del 60 % de Corporación Financiera Habana (CFH), participación en manos de Bankia y que está a la venta. «El potencial inversor en Cuba no solo se dirige a su población permanente de 11,2 millones, poco menos que la de Cataluña y la Comunidad Valenciana juntas, sino también a los visitantes: la isla recibe anualmente 3,5 millones de turistas por los que ingresa 3.400 millones de euros, pero las previsiones para el 2020 son de hasta diez millones de turistas anuales», explica Pablo Blanco, abogado de Lupicinio, una firma que tiene corresponsalía oficial en Cuba, su central en Madrid y oficina en Vigo.

A lo largo de los últimos meses se ha disparado la demanda de empresas que se asesoran en bufetes para preparar su desembarco en la isla tras el final del embargo.

La seguridad jurídica hacia la inversión extranjera es absoluta: el país es firmante de 62 acuerdos bilaterales para la promoción y protección recíproca de inversiones, y de múltiples convenios de doble imposición y evasión fiscal; también tiene una trayectoria impecable en el cumplimiento de laudos arbitrales internacionales.

Los principales riesgos están en la financiación: el crédito en Cuba no está generalizado y las empresas foráneas suelen necesitar fondos propios para hacer frente a las operaciones.

«Tampoco la existencia de una doble moneda, la CUP y la CUC. ayuda al sector inversor extranjero, ya que puede generar señales distorsionadas en sus contabilidades; de todos modos, el gobierno cubano está trabajando ya en la unificación del peso cubano para finales de este año», precisa el abogado Pablo Blanco.