Galicia es la comunidad con la menor tasa de empleo entre discapacitados

maría cedrón REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

Para Mari Carmen Muleiro resulta muy importante trabajar en el colegio de A Uceira porque le hace sentirse útil y eso la ayuda.
Para Mari Carmen Muleiro resulta muy importante trabajar en el colegio de A Uceira porque le hace sentirse útil y eso la ayuda. santi amil< / span>

El reparo que mantienen muchas empresas frena las contrataciones

14 dic 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

Hace unos años a Mari Carmen Muleiro le detectaron una enfermedad degenerativa. Ese fue el origen de la discapacidad física que padece. Aunque al principio tuvo que dejar de trabajar, no le faltó ánimo para volver a buscar empleo. Pronto hará ya dos años que, de la mano de la Confederación Gallega de Personas con Discapacidad (Cogami), trabaja en el colegio de A Uceira, en O Carballiño, como limpiadora. Está contenta, mucho. «Axúdache porque -como di- faiche sentir válido e mentres estás no traballo falas con outras compañeiras, non pensas no que tés. Debería de haber máis oportunidades para nós, sobre todo en vilas como esta».

Esta vecina de O Carballiño es una de las 25.800 personas con discapacidad que trabajan en Galicia, la comunidad con menor tasa de empleo (un 30,5 %) entre miembros de ese colectivo de toda España, según los datos publicados la semana pasada por el Instituto Nacional de Estadística (INE) correspondientes al 2013. Y el 2014 parece que no pinta mucho mejor. Analizando los números de su base de datos, desde Cogami apuntan que «durante o 2014 notamos un incremento dun 20 % do número de persoas con discapacidade traballando, se ben tamén vemos que é un emprego máis precario porque apreciamos que hai máis contratacións temporais e de pouca duración». Y añaden que durante «o período 2012-2013 aumentou a taxa de inactividade de persoas con discapacidade en Galicia, é dicir, xente que nin busca emprego nin tampouco formación».

¿Por qué Galicia está a la cola en contratación de personas con discapacidad? El gerente de la lavandería industrial que Ilunion -el grupo empresarial de la Organización Nacional de Ciegos de España (ONCE) y su Fundación, Rafael Pichel- tiene en Santiago, lo atribuye al temor que todavía existe dentro del sector empresarial: «Puede que muchos empresarios todavía tengan miedo o puede que desconozcan que son personas completamente válidas para desempeñar un trabajo en una empresa y que esta sea rentable. No veo en esta compañía a personas con discapacidad, veo a trabajadores».

A las pruebas se remite. La firma que pilota tiene 104 empleados, de los que en torno a un 93 % sufren algún tipo de discapacidad. «Llevamos cinco años en esta lavandería y estamos trabajando para el sector de la hostelería; para empresas, lavándoles vestuario laboral, para hospitales...», comenta. En Galicia las firmas de Ilunion dan empleo a 1.323 trabajadores distribuidos en 26 centros de trabajo.

Lo que dice la ley

No hay que olvidar que la Ley General de Discapacidad, que entró en vigor el año pasado, obliga a las compañías de más de 50 trabajadores a reservar al menos un 2 % de los puestos para este tipo de personas. Algo parecido ocurre en el caso de las ofertas de empleo público.

Pero muchas veces, ni la normativa, ni las ayudas o incentivos que se ofrecen -por ejemplo, la Consellería de Traballo- para contratar a estos candidatos de forma indefinida o temporal son suficientes. «Agora é complicado en xeral atopar traballo e non vexa no noso caso», dice Joaquín Carlos Mendoza. Él tuvo suerte. Llevaba diez años fuera del mercado laboral debido a una serie de operaciones que tuvieron que practicarle durante ese período. Pero, no hace ni tres meses comenzó a trabajar como administrativo en una granja familiar del concello ourensano de A Merca. «Era viaxante, pero agora non podo conducir para desempeñar un traballo, pero aquí, traballando nesto agora estou contento». Todo es cuestión de no perder la voluntad.