Deseábamos futuro

ECONOMÍA

17 nov 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

Cada vez la crisis financiera suena más lejana y algunos, espero que pocos, apenas recuerdan las mil trincheras que tuvimos que cruzar para llegar hasta aquí. Pero para eso estamos, para no olvidar y con ello poner en valor las lecciones aprendidas. Mucho tuvimos que luchar para que Madrid viera obvio lo obvio: la ubicación del poder de decisión influye en el mercado de crédito. Y nosotros, al igual que otros, también deseábamos mirarle a la cara a la persona que nos deniega o aprueba la financiación. Una Galicia con entidades financieras propias es más fuerte y sólida, es más Galicia. Costó que lo entendiesen. Era evidente que no podíamos permitir que esta fuera una tierra de paracaidistas financieros

Muchos luchamos, que a nadie se le olvide. Y algunos pensarán que Novagalicia resultó barata. Me sumo a esa opinión, porque vale mucho más que mil millones. Pero, ¿y si los costaba? ¿Por qué nadie, salvo los actuales propietarios, los pusieron encima de la mesa? Ya sabe la respuesta.

Quizás toca olvidar para centrarse en el futuro. Las cajas siguen aquí. ¿Valió la pena? No lo dude, la valió. El mercado del crédito empieza a estar vivo, y no porque el BCE nos quiera inundar de liquidez, sino porque hay competencia. Y la hay hoy, y la habrá mañana, y al tenerla, habrá más Galicia. Por eso nos conjuramos como nación. Porque deseábamos futuro. Campo de juego. El gigante dormido ha despertado y aunque posiblemente necesite tiempo para mostrar toda su fuerza, ya da señales de vitalidad. Los directores de banca y los gestores de empresa, salvo en algunas entidades todavía debilitadas, empiezan a moverse. Unos luchan por fidelizar al cliente y otros por robárselo a la competencia. La soberbia mostrada por algunos bancarios en el pasado empieza a desaparecer. O recuperan la sonrisa o pierden la operación. Y aunque es cierto que la vida aún no es plena en el ecosistema financiero gallego, ya se adivinan maneras, las que no habríamos visto si hubiéramos perdido la caja, pero no fue así. ¿Verdad?

Venancio Salcines.

Presidente de la Escuela de Finanzas