La apuesta en relación al Arco da Carixa viene dada hace tiempo por si llegará la financiación, los permisos y la obras antes de que definitivamente se caiga el emblemático puente cruceño. En esa carrera contrarreloj sigue el alcalde de Cruces, Jesús Otero, que ayer estuvo en la Diputación donde ya le avanzaron que le llegará permiso de actuación en cuanto a la dependencia provincial en esos días. El alcalde está pendiente de la gestión de Silleda en relación a la posible aportación de ayuda de la Diputación y se muestra dispuesto a pedir una entrevista a la presidenta si no prospera la petición de Silleda.
Otero sigue trabajando en diferentes puntos para asegurar toda la ayuda para el proyecto, que requiere 145.000 euros, y en todo caso sigue más preocupado por los tiempos administrativos para la ejecución del proyecto que por la financiación ya encarrilada, porque siempre dijo que desconfiaba que el puente «agarde por nós». De hecho la preocupación del regidor creció ayer al ver como la evolución del agujero en el arco sigue aumentando y además de las piedra grandes que perdió otras corren grave peligro de caer al seguir desprendiéndose el material de arena y cal que la mantiene en el centro de la estructura del puente.
El progresivo deterioro supone cada día mayor urgencia en la intervención proyectada en esta estructura que es una más de las señas de identidad de Merza para los vecinos y para muchos de los visitantes de la comarca y de Galicia.