«Cuando cumplí cuarenta años lo dejé todo para ser feliz»

Irea carballo, j. b. LALÍN / LA VOZ

LALÍN

miguel souto

Juan, El Bardo, es un cantautor cubano estuvo ayer en Lalín en su periplo ya de ocho años por España «regalando» música

28 jul 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Juan El Bardo Campoamor nos deleitó ayer por la tarde con su música y su guitarra en la Plaza da Igrexa de Lalín. «Yo toco cuando la gente se despierta de la siesta», dice riendo. Se trata de un cantautor e intérprete de origen cubano que actualmente reside en Santiago de Compostela con su mujer. Ya lleva más de veinte años en España, aunque solo ocho de ellos tocando la guitarra. Cuenta que anteriormente trabajaba de Ingeniero Industrial hasta que al llegar su cuarenta cumpleaños decidió dar un giro a su vida para empezar a ser feliz, «llega una edad en la que tienes que replantearte qué es lo verdaderamente importante en la vida».

Dejó su trabajo, compró su instrumento preferido y empezó a aprender a tocar y a componer. A día de hoy ya acumula dos giras por todo el territorio español. «Yo no pido nada, que me den lo que quieran, yo lo que hago es dar. La música es algo muy necesario hoy en día», asegura El Bardo. Acto seguido se pone a tocar una canción compuesta por él mismo inspirada en los últimos acontecimientos políticos: «Imposible vivir con miedo, a nadie le gusta vivir con agonía, llamarle refugiados sin refugiar, es una hipocresía,...». Juan Campoamor habla de la importancia de la música hoy en día «lo veo en los niños, ellos me ven tocar y me señalan mientras que sus padres guardan las apariencias, no se implican. Así funciona la sociedad hoy en día».

Para El Bardo la música es la mejor manera de conectar con la gente, y conectar con la gente es la única manera de ser feliz. Por eso pasó de componer a interpretar canciones «como boleros, la música de mis padres, a la gente mayor les encantan, si veo pasar a gente más joven, toco canciones actuales». Este músico cubano también habla de la diferencia respecto al concepción de la música en su tierra. «Yo ya no quiero ser músico en orquestas o escenarios, ahora quiero ser un músico de calle porque de ahí es de donde surgen las cosas auténticas, la verdadera alegría» y añade «en mi tierra la música es así, espontánea, de la calle».