Pura raza y sensibilidad sobre la pista de Lalín 2000

Patricia Calveiro Iglesias
P. calveiro LALÍN / LA VOZ

DEZA

miguel souto

La cita ecuestre celebró una exitosa última jornada en sus bodas de plata

29 abr 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

El caballo acompaña al hombre desde tiempos inmemoriales. Fueron pintados en cavernas, compañeros de batallas napoleónicas y apoyo para el duro trabajo en el campo. Hoy el equino sigue despertando admiración entre los bípedos, tal y como quedó ayer demostrado en la tradicional cita ecuestre de Lalín.

La Feira do Cabalo congregó a cientos de aficionados al animal en las instalaciones del polígono Lalín 2000. Raza y gallardía trotaron raudas en una jornada que regaló un cielo descubierto, a pesar de la baja sensación térmica (de siete grados) que soportaron estoicamente los asistentes.

La cita, organizada por Cabaleiros de Lalín con el apoyo del departamento municipal que dirige Manuel Fernández, arrancó con una ruta matinal de 15,3 kilómetros a la que se sumaron 320 jinetes. Algunos de ellos viajaron expresamente hasta la capital dezana para unirse a la caballería desde Ponferrada o Portugal.

Y, mientras estos completaban el recorrido, otros regateaban o fantaseaban con adquirir los por potros, caballos y ponis en venta. O asistían a los concursos morfológicos, en donde compitieron cinco caballos cruzados, otros tantos pura raza españoles y nueve árabes.

En él participaron ejemplares y domadores de toda Galicia, incluso un joven de O Pino que con sus 10 años y 28 kilos no le tembló el pulso con un pura raza español de 600 kilos, arrancando un aplaudido tercer puesto.

Pero si hubo un momento mágico ayer fue durante el espectáculo de doma libre de Sercam Shows. El catalán Santi Serra, ganador del concurso de televisión Tú sí que vales, consiguió detener la respiración del público por unos instantes. Con dos ejemplares árabes -la raza que criaba su familia y con la que se siente más familiarizado- y dos perros border collie demostró que la sintonía con los animales no depende de correas, riendas o espolones. Solo con su voz logró que se detuvieran, avanzasen a la par, bailasen y reposasen unos sobre otros hasta formar un castell. Una torre de pura raza y sensibilidad.

XXV feira do cabalo de lalín