Derrota del Dépor en el partido que nunca debió haberse jugado

Francisco Balado Fontenla
Fran Balado LA VOZ

TORRE DE MARATHÓN

SUSANA VERA | REUTERS

Un aficionado deportivista ha fallecido tras los enfrentamientos entre radicales de los dos equipos en las horas previas

24 ene 2015 . Actualizado a las 15:33 h.

Con tres centrales y un aficionado debatiéndose entre la vida y la muerte. Así saltó el Dépor al césped del Vicente Calderón. Una batalla campal en los aledaños del estadio en la que participaron unos 200 radicales condicionó el desarrollo de un partido que nunca tendría que haberse jugado. No había nada que celebrar.

El Deportivo cayó derrotado en uno de los campos más exigentes de la categoría. El Atlético de Simeone, tan enemigo de las confianzas, siempre concede muy poco y exige mucho a sus rivales y así lo hizo con el Dépor, que apenas se acercó con peligro por la portería de Moyá, y que tuvo que emplearse a fondo en las acciones defensivas. El equipo de Víctor Fernádez continúa ganando confianza en la parcela defensiva y durante casi toda la primera mitad sobrevivió al martirio colchonero. Valiente Fabricio y poderosos los tres centrales, que desbarataron la infinidad de centros que colgaron los locales desde las bandas, adecuadamente arropados en los carriles por Luisinho y Laure, que sustituyó a Juanfran en el carril derecho, lesionado muscularmente a los diez minutos. Pero si el equipo estuvo relativamente aseado atrás (hay que tener en cuenta el rival, el escenario y de donde se viene), en ataque no hubo noticias. Una de las acciones que generó más sensación de peligro fue una incursión de Sidnei, que se lanzó al ataque sin paracaídas y provocó una amarilla a Giménez a la altura de la línea divisoria. Muy poco ofreció el Dépor en ataque. Incluso cuando se vio en el marcador con dos goles abajo fue incapaz de generar peligro.

Avisó a los cinco minutos Mandzukic con un cabezazo al poste, pero el Atleti no abrió la lata hasta que Saúl Ñíguez cazó una pelota en el segundo palo, ya al filo del descanso. Centro desde la banda, el ariete croata prolonga el balón, desajustando las marcas, y Ñíguez cabecea a placer.

El guion de la segunda mitad fue muy similar. El Atlético dominó el juego, aunque las ocasiones solo fueron capaces de generarlas con la pelota parada. Y de este modo llegó el segundo gol que acabaría decidiendo el partido. Arda Turan chutó desde la frontal del área al cazar un rechace a la salida de un córner y la pelota atravesó en medio de una jungla de piernas hasta colarse al fondo de la red de Fabricio.

Simeone dedicó la última media hora a mover el banquillo para ofrecer minutos a los jugabdores que menos participan en el equipo y Víctor Fernández dio entrada a Toché y a Cuenca por Cavaleiro y Medunjanin, incapaces de cambiar el guion de un partido que jamás debió haberse jugado.

Al poco de terminar el partido falleció Francisco Javier Romero Taboada, Jimmy, un miembro de los Riazor Blues de 43 años.