«Me gritaron 'mono, negro, vete a tu país' y eso no se debe permitir»

jose valencia FERROL / LA VOZ

FERROL CIUDAD

CÉSAR TOIMIL

«Que se metan conmigo por mi color de piel no es justo, no soy menos que nadie»

20 feb 2015 . Actualizado a las 13:59 h.

Jeisson Aguado Castaño tiene 23 años y es árbitro de fútbol. Llegó a Ferrol desde su Colombia natal con solo 7 años, por lo que tiene la doble nacionalidad y se considera un ferrolano más. Le gusta el arbitraje y confía en ascender a Preferente al final de la actual campaña. El pasado domingo denunció, a través del acta del partido, los insultos racistas y xenófobos que recibió en el campo de fútbol del Meirás, en Ferrolterra, lo que provocó que el Comité de Competición y Disciplina de la Federación Gallega de Fútbol decidiera, por primera vez, clausurar el campo de fútbol del Meirás (el próximo partido lo jugarán a puerta cerrada) por insultos racistas.

-¿Qué pasó el pasado sábado en el campo del Meirás?

-Yo fui designado para arbitrar el partido que el Meirás y el Eume disputaron en el Misael Prieto, un encuentro de la Primera Autonómica. Todo discurrió con normalidad hasta el minuto 38, cuando una persona en la banda, que tenía puesto un chándal del club Meirás y que se dedicaba a recoger los balones, comenzó a gritarme:« ¡Mono, mono, que eres un mono!». Decidí parar el partido y hablar con el delegado para que llamara la atención a esa persona y que no volviera a ocurrir. Hablaron con él y la primera parte acabó sin problemas. A los pocos minutos de comenzar la segunda mitad, en una zona de la grada, comenzaron otros insultos racistas: «¡Mono, negro de mierda, vete a tu país!». Tanto yo como mis jueces de línea lo escuchamos perfectamente, por lo que decidí parar el partido. Ya en el vestuario le solicité al delegado que llamase a las fuerzas de orden público.

-¿Qué paso después?

-A los pocos minutos los dos delegados de los equipos entraron en el vestuario para solicitarme que continuara el partido. Me advirtieron de que el campo de fútbol del Meirás no tenía iluminación y de que pronto el partido ya no podría reanudarse. Yo les informé de que había hablado con mi delegado y me había dicho que esperara a que llegaran las fuerzas del orden. Los dos delegados se comprometieron a que no iba a haber ni un solo insulto más en todo el partido y decidimos continuar. De hecho, acabó el encuentro sin ningún otro percance. Aunque al final del choque volvió a pasar algo: los últimos que se iban del campo me miraron para decirme: «¡Venga negrito, no te enfades!».

-¿Qué siente con este tipo de actitudes?

-Soy árbitro y te acostumbras a los insultos, hasta lo ves normal. Que se metan con mi color de piel no es justo. Yo no soy menos que los demás, me considero igual que ellos.

-¿Nadie le ayudó?

-El delegado del Meirás fue el único que me pidió disculpas y después me auxilió en muchos lances del partido. Fue el que más se comprometió para detener los insultos xenófobos. De la directiva nadie me pidió perdón.

-¿Toda una muestra de sensatez por su parte?

-Yo no he inventado nada, lo que hice fue lo que nos enseñaron en las clases. Hay un Protocolo de Actuaciones Contra el Racismo, la Xenofobia y la Intolerancia en el fútbol que todos los árbitros conocemos. Yo sabía perfectamente cómo tenía que comportarme en este caso y seguí los pasos.

«Espero que lo sucedido en Meirás sirva de ejemplo para erradicar el racismo del mundo del fútbol»

Jeisson afronta su quinta temporada en el arbitraje y asegura que hasta ahora no había vivido nada igual, aunque recuerda un pequeño episodio en Ortigueira, otra localidad de Ferrolterra: «Fue algo más aislado por parte de dos personas, y también lo redacté en el acta pero se quedó en nada. En esta ocasión fue mucho más duro, sobre todo te duele que tras advertirlo, la gente insista en lo de mono, mono, mono... Fue algo orquestado, doloroso y de forma continuada. Yo entiendo que fuera un derbi entre dos equipos de la comarca ferrolana, yo iba encantado a pitarlo, porque siempre es bonito. Hasta entiendo que se metan con el árbitro, que haya que estar encima de él, pero no despreciarlo por su color... Los insultos racistas son otra cosa muy diferente.

-Lleva ya muchos años aquí. ¿Cree que hay racismo en Galicia?

-No, en absoluto. Es la primera vez que me pasa un caso así. He ido a mil campos y me lo he pasado genial, ya que me gusta mucho el arbitraje.

-¿Y en la vida normal?

-Nada de nada, Ferrol es una ciudad pequeña y casi todos nos conocemos. Nunca he tenido un percance por temas de racismo.

-¿La parece bien la sanción al Meirás?

-Yo no soy la persona indicada para juzgar la sanciones, yo lo único que digo es que es importante erradicar el racismo y la xenofobia, en general, pero especialmente en el fútbol que es el mundo en el que yo me muevo. Creo que todo el mundo debe tener conciencia de que este problema hay que erradicarlo del fútbol. Me gustaría que a raíz de lo que ha pasado en Meirás la gente tomara nota y cosas de este tipo no vuelvan a pasar.