El centrocampista cuelga las botas como futbolista para iniciar su etapa al frente del banquillo
11 dic 2014 . Actualizado a las 05:00 h.Antonio Fernández Rivadulla (Ourense, 1978) ha dejado su puesto en el centro del campo del Vilalonga para ocupar el cargo de primer entrenador del equipo, de manera ya oficial, tras la destitución del moañés Óscar García.
Antonio, que ya dirigió a sus compañeros de vestuario el pasado fin de semana en el campo del Barco, aunque de manera interina, fue nombrado oficialmente jefe del banquillo celeste en la noche del pasado martes y estrenará sus nuevas responsabilidades esta misma jornada, ante el que seguirá siendo su público, frente al Alertanavia.
Los cambios también afectan al equipo juvenil del club, que se queda sin técnico, al ser el propio Antonio el que se encargaba de su dirección hasta el momento. Lo que sí deja claro es que «no compatibilizaré las funciones de jugador y entrenador, eso es para otras categorías y otros casos», con lo que, muy probablemente, este será el fin de su carrera deportiva como jugador y el comienzo de su nuevo rol en los banquillos.
Principio y fin como celeste
Presume Antonio de una carrera como futbolista redonda, en el sentido más estricto del término, ya que «debuté con 17 años en el Vilalonga y me retiro en el mismo club dos décadas después», además de que «este club ha sido el primero que me ha dado la oportunidad de ser entrenador».
Los inicios, siendo todavía menor de edad, fueron en Tercera División y ahora asume el reto de echar a rodar «con bigote de guardia civil», como reconoce entre bromas el papel que le toca jugar desde ahora.
Asegura que los compañeros le han felicitado y aunque asume que «echaré de menos jugar los domingos», tiene claro que «cuando un club así te da una oportunidad de estas no puedes decir que no». Sobre su estilo, advierte que «me gusta el fútbol vistoso pero hay que ganar partidos amoldándonos a esta liga».