Redención para Bezabeh

Xosé Ramón Castro
x. r. castro REDACCIÓN / LA VOZ

DEPORTES

El Europeo de cros, primer éxito del único castigado de la operación Galgo

09 dic 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Alemayehu Bezabeh conquistó en Belgrado su segundo Campeonato de Europa de cros cuatro años después de hacerlo en Dublín. En medio de ambas citas hay un episodio de dopaje que tuvo al etíope nacionalizado español suspendido durante dos años por tentativa. Fue la única víctima de la operación Galgo, la investigación que iba a limpiar el atletismo español de todos los tramposos y que se cerró en falso. Por eso el oro de ayer, tras una impecable actuación, suena a redención.

A Bezabeh le ha pasado de todo desde que llegó a España en busca de Eldorado. Durmió al raso, vivió en las peores condiciones en busca de un trozo de pan y cuando el atletismo le sacó de la miseria al coronarse campeón de Europa en Dublín, con una portentosa actuación en el 2009, llegó la sanción por dopaje.

En la chapuza de la operación Galgo, a Alemayehu lo pillaron con las manos en la masa. O casi. El atleta fue interceptado por la policía cuando se dirigía a El Escorial, acompañado de Manuel Pascua, entonces su entrenador, para hacerse una transfusión de su propia sangre, y aunque al final la condena solo castigó la intencionalidad, al etíope le cayeron dos años de sanción y 3.001 euros de multa. Sin recursos, tuvo que volver a su país natal a cumplir la pena mientras en España toda la investigación quedaba anulada.

En su regreso a Europa y a la competición, a punto de cumplirse el tercer aniversario de la fallida operación, Bezabeh no ha podido tener mejor redención. Ganando su segundo Europeo de campo a través a lo grande. Marcando el ritmo desde el principio, manteniendo un espectacular mano a mano con Polat Kemboi Arikan, un kenaita bajo bandera turca, y aprovechándose de la caída de su gran rival para firmar un triunfo incontestable con un tiempo de 29 minutos y 11 segundos, 21 menos que su perseguidor.

Alemayehu fue el iceberg del festival español en el Parque de la Amistad de Belgrado. Porque Mohamed Marhum, un veinteañero magrebí también nacionalizado, firmó el sexto puesto, lo que unido al undécimo de Iván Hernández, dio el oro por equipos a España por delante de Bélgica. Cuatro años después, la roja volvió a pegarse un festival sobre el barro. Lástima que por el medio quedase un borrón para la eternidad.