Llega el verano, y Roberto Fernández, portero chantadino del Granada, se mantiene fiel a su cita con su aldea, Merlán. El guardameta, que hace pocas semanas acaba de renovar con el equipo de Lucas Alcaraz por dos temporadas, disfruta estos días de su familia y de aquellos amigos que por sus obligaciones y por la lejanía no pueden verlo durante el año.
En esta ocasión afronta estos días de descanso con más ganas. «La verdad es que estas vacaciones en Chantada me sirven para desconectar de un año que fue bastante duro y difícil, ya que no empecé como titular -Roberto disputó dieciséis partidos-», indicó.
A pesar de que estaba totalmente recuperado de su operación y de que realizó una gran pretemporada, Anquela le relegó al banquillo. Roberto no se vino abajo. «Trabajé mucho y recuperé la titularidad. De hecho, con Anquela jugué seis partidos», dijo.
La llegada de Lucas Alcaraz tras el cese de Anquela le volvió a relegar al banquillo, pero al igual que sucedió en la primera vuelta, el portero chantadino trabajó a tope en los entrenamientos, lo que se tradujo en su titularidad en los últimos diez partidos de liga, en los que su concurso fue clave para la permanencia. «Fui paciente, trabajé y convencí al míster en los entrenamientos. Jugué estos diez últimos partidos, y estoy muy satisfecho porque todo me salió bien, y el equipo se mantuvo en Primera División. Estoy muy orgulloso del trabajo que hice», señaló Roberto.
Este regreso a la titularidad coincidió con la renovación. «Tenía varias ofertas, incluso alguna para volver a Galicia, pero decidí quedarme en el Granada, porque es una ciudad con la que tanto mi mujer como yo estamos plenamente identificados. Además, el Granada sigue con un proyecto serio», dijo.