El juicio de la operación Puerto: mucho ruido y pocas nueces

Antonio Alix SIN RODEOS

DEPORTES

01 feb 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Lo que está sucediendo en el tan esperado juicio no me está sorprendiendo. Muy iluso había que ser para esperar que iba a salir no solo la lista completa de ciclistas clientes de la trama (porque los acusados, además de los hermanos Fuentes, son directores de ciclismo, no de fútbol o baloncesto) sino también alguno de los grandes nombres del deporte español. El propio Eufemiano ha alimentado la leyenda urbana de que si él canta se caen muchas de las leyendas patrias; y claro, aquí estamos todos haciendo quinielas sobre esa supuesta lista VIP; sobre todo esos ciclistas victimistas quienes dada la situación de su deporte buscan consuelo manifestando -algunos a gritos- que en los demás pasa lo mismo. Yo creo que los hay de otros deportes, por ejemplo, atletismo; pero de ahí a señalar a los deportistas españoles de fama mundial va un trecho.

El médico canario actúa con la seguridad de que no se le va a obligar a hacerlo. Es un personaje de película: de familia terrateniente millonaria, con atractivo físico, calidad como deportista (fue atleta de nivel nacional 400 vallas), gran inteligencia y una labia con la que subía la autoestima de sus clientes a la vez que les trucaba el motor. Ahora se limita a soltar indirectas y si acaso dar algún nombre menor, para que se le siga considerando el gran druida, el poseedor de la fórmula de la Coca Cola en la mejora del rendimiento.

Tanto este caso como el de Armstrong guardan paralelismo con los culebrones políticos y económicos de Bárcenas y Urdangarín. Cosas del pasado que salen ahora después de sospechas generalizadas, pero que en su momento no frenaron sus prácticas; hasta que alguien no canta por despecho o hay una gran metedura de pata no actúa la Justicia; toda la sociedad esperando que se tire de la manta pero solo se tira de los hilos; personajes que van soltando información por capítulos según les va interesando; gente importante que vive con el miedo a que su nombre aparezca en una lista? En fin, que las miserias del deporte español no son más que un reflejo de las miserias de nuestra sociedad. A este paso vamos a tener que por vergüenza tratar de evitar que se sepa que somos españoles cuando viajamos al extranjero.