Pablo Chantada, portero de 18 años, llevó al Octavio al empate con el Ademar León
28 sep 2012 . Actualizado a las 07:00 h.As Travesas ovacionó a Pablo Chantada la noche del miércoles. Quizás ese día marque un punto de inflexión en su carrera balonmanística. Él todavía sigue dándole vueltas a su actuación ante el Ademar León. «Esa noche me costó dormir, era incapaz de no pensar en el partido», señala. El duelo ante el equipo de Manolo Cadenas fue su primer partido de altura. «No me esperaba jugar una parte entera tan pronto», se sincera. Su equipo perdía por tres goles (10-13) en el descanso. Su compañero García Lloria no estaba entonado, así que a Quique Domínguez no le tembló el pulso. «Cuando le dije que iba a salir, su cara cambió», recuerda el técnico del Octavio.
El reto era mayúsculo para un joven de tan solo 18 años. «Parar los dos primeros lanzamientos me dio confianza», dice Chantada. «Es un portero con mucha personalidad. Sabe leer muy bien los partidos porque conoce cuáles son sus carencias», revela su entrenador. La actuación del canterano fue sublime: con siete paradas de dieciséis lanzamientos (44% acierto) ayudó a que su equipo sumara un punto. «A los que le conocemos no nos sorprendió su partido. Tiene unas cualidades enormes, creo que nos dará muchas tardes de alegrías», recalca su compañero Pablo Cacheda.
La salida este verano de Xavi Díaz y la crisis económica que atraviesa el club que preside Javier Rodríguez favoreció su salto a la primera plantilla. «Tiene una gran proyección. No tiene una gran envergadura, pero es un portento físico, rápido y muy explosivo», destaca Quique Domínguez. «De su generación, es de los mejores. Pero el portero, más que cualquier otro jugador, necesita tener muchos minutos para crecer», apostilla Víctor García Pillo, entrenador del BM Cangas y ex portero del Calpisa.
Chantada es la nueva estrella emergente de la cantera del Octavio. «Tiene muchísimas ganas de llegar lejos. Es muy ambicioso y trabajador, en los entrenamientos siempre pide más», explica su entrenador. Ante el Ademar León se exhibió el miércoles; hace dos temporadas debutó ante el filial leonés en As Travesas: «Jugué solo cinco minutos y detuve un lanzamiento», recuerda.
A Chantada le llueven los elogios estos días: «Recibí muchas llamadas y mensajes». Por eso, su entrenador pide tranquilidad: «No lo volvamos loco. Solo ha sido un partido, le queda mucho trabajo por delante». El peligro del estrellato es lo que quiere evitar: «Un exceso de halagos le puede perjudicar, su entorno le tiene que ayudar». «Acaba de llegar, aún es pronto para evaluarlo», subraya Pillo.
Está por ver si Chantada consigue el reconocimiento definitivo, pero el primer paso ya lo ha dado. Este estudiante de Segundo de Bachillerato sigue los pasos de su amigo Cacheda. «Al acabar el partido me dijo que los dos teníamos que comernos a los rivales», desvela el portero, quien ve más cerca su vuelta a la selección -fue internacional cadete pero no juvenil- tras meses de ausencia: «La Asobal es un magnífico escaparate, seguro que me ayudará».