Mil viviendas baratas hacen de Carral el concello de las gangas inmobiliarias

Juan Torreiro CARRAL / LA VOZ

CARRAL

«Ya no puedo coger el teléfono. Estoy desbordada», admite una promotora

20 nov 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Lo que empezó siendo una oferta de viviendas a un precio razonable en el Concello de Carral se está convirtiendo en una especie de brote repentino del sentido de la propiedad, que parecía ya desterrado con la crisis. El estallido de la burbuja inmobiliaria reventó en pleno proceso de expansión un tanto desmedido de este concello de poco más de 5.000 habitantes a 20 kilómetros de A Coruña. Y ha dejado muchas cicatrices visibles. Grupos enteros de 50 o 60 viviendas prácticamente terminadas están totalmente vacías, algunas de ellas posiblemente no se puedan recuperar debido a los destrozos, la okupación y el abandono de sus promotores.

La última oferta salió a principios de semana en un doble frente, por un lado la Sareb, más conocido por el banco malo, que incluía 16 pisos, y casi al mismo tiempo, la constructora A Valexa aprovechó el rebufo de esta iniciativa y saldó 100 viviendas de una de las sus promociones estrella en este municipio, un edificio de más de 180 pisos en el centro de Carral, entre las calles Belvís y Víctor Velasco, con precios más ajustados a los de la Sareb, que oscilan entre los 31.000 y los 91.000 euros. Pues bien, el viernes, la responsable de la promotora, Martina García, comentaba: «Ya no puedo coger el teléfono. Estoy desbordada. Además de las llamadas también tenemos cola de interesados en ver los distintos tipos de viviendas».

Esta situación la confirma Abel, un vecino de Carral que decidió acercase con su mujer «para testar la posibilidad de cambiarnos a un piso más grande». Finalmente, Abel y su mujer descartaron la compra, pero «realmente nos sorprendió la cantidad de gente interesada en la oferta -explica-. Nosotros tuvimos que esperar un buen rato a ser atendidos porque la cola se extendía incluso hasta el bar de al lado, donde había varias personas esperando turno».

Optimismo

Este interés por Carral se recibe con optimismo en el Concello. El alcalde, el popular José Luis Fernández Mouriño, cree que su municipio, eminentemente rural puede ser una buena alternativa para que mucha gente joven pueda acceder a una vivienda nueva, además de enfatizar que «Carral está preparado para recibir a nuevos vecinos. Llevamos tiempo trabando en esta línea para que el Concello crezca. Existen muchas viviendas vacías debido a la crisis, pero contamos con buenos servicios y estamos más cerca de A Coruña con los accesos a la AP-9, la autovía y a la tercera ronda», afirma el regidor.

Lo cierto es que Carral es uno de los concellos de la comarca que acumula más pisos vacíos. En estos momentos hay más de 1.000 viviendas en distintos procesos de construcción y muchos fuera del ordenamiento municipal.

Carral ya recibió varios tirones de orejas de la Xunta por el Plan Xeral, advirtiendo que el crecimiento residencial en el municipio no tenía fundamento, destacando el incremento de pisos vacíos en el territorio. Por este motivo, el gobierno local logró un respiro al aprobar de forma inicial el PXOM, lo que permitirá legalizar muchas viviendas construidas fuera de ordenación.

Al margen de todas estas polémicas, que se juegan en los despachos, los vecinos de Carral siguen a lo suyo. «Aquí se está muy bien, muy tranquilo», comenta Víctor en el quiosko del campo de la feria. «Yo no soy de aquí, pero vengo todos los días y además de los clientes de siempre, se ve también gente nueva y joven, sobre todo en el parque con los niños», señala. Por su parte, Zaira, la joven camarera de bar Tribus, admite que «Siempre he vivido aquí. Es muy tranquilo y también hay opciones de ocio para los jóvenes», señala.

«Es un buen sitio para vivir, pero falla en los servicios»

Pero hay quien no se fía de la situación. Es el caso de Paula, que posee una bonita frutería en la plaza de A Capela: «Yo no entiendo nada, -comenta-, hace muy poco poníamos a caldo a los bancos, a las inmobiliarias... Y ahora parece que ya hemos olvidado todo eso», apunta. «Soy de Cambre. Reconozco que Carral es un buen sitio para vivir, pero no tiene suficientes servicios para recibir a más gente». Comenta que en todo este tiempo sigue yendo a Cambre al médico porque «aquí el centro de salud funciona muy mal», admite.

Coincide con Isa, casada y con dos hijos, que recuerda los problemas que «tuvimos con las plazas de guardería». Isa es de Culleredo y reconoce que compró en Carral «porque los pisos eran más baratos, pero los servicios municipales son escasos y mucho más para las expectativas de crecimiento», reflexiona esta joven vecina.