Los cerrajeros alertan de que el 80 % de las puertas son vulnerables por los ladrones

A. L. A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

Recuerdan que los robos en domicilios se incrementaron en un 65 % en la ciudad en los nueve primeros meses de este año

05 nov 2014 . Actualizado a las 07:53 h.

La oleada de asaltos a viviendas ha puesto en evidencia que las medidas de seguridad que existen en las casas para evitar la indeseada visita de los ladrones no funcionan. De hecho, según alertan desde la Unión de Cerrajeros de Seguridad (UCES), «el 80 % de las cerraduras instaladas en los hogares españoles están obsoletas y son relativamente sencillas de abrir».

Esta pudo ser una de las causas que llevó a que, en los nueve primeros meses del año, se registraran en la ciudad un total de 336 robos en domicilios, una cifra que supone un incremento de casi un 65 % con respecto a los datos del ejercicio anterior. Este porcentaje también contrasta radicalmente con lo que ocurre en el resto de España, donde el índice de este tipo de delitos ha bajado un 4,5 %.

Preocupados por esta situación, desde la agrupación UCES organizan -los próximos 14 y 15 de noviembre- el primer Foro de Cerrajería, que se celebrará en Madrid y que reunirá a distintos representantes del sector de la seguridad doméstica (cerrajeros, fabricantes y aseguradoras), junto con más de 200 policías especializados en este tipo de delitos. El objetivo es formar a los cuerpos de seguridad del Estado para que puedan luchar de forma más efectiva contra este tipo de delitos, y las técnicas que utilizan los ladrones para burlar la seguridad de las cerraduras.

Sin dejar rastro

De hecho, uno de esos mecanismos para abrir las puertas sin dejar rastro -el bumping- es el que usaron las distintas bandas de ladrones procedentes del Este que operaron en la ciudad durante los últimos meses. Los delincuentes forzaban la cerradura pero sin dañarla, y luego accedían al interior, donde previamente se habían asegurado de que no había nadie. Una vez dentro de los inmuebles, campaban a sus anchas y sustraían dinero, joyas, pequeños electrodomésticos, material informático y móviles, dejando todo perfectamente ordenado.

Una vez que los propietarios de las viviendas regresaban a casa tardaban varias horas en percatarse de que el piso había sido asaltado, puesto que los ladrones no habían dejado indicios de su visita ni en la puerta ni en el interior.