Los alumnos de Sigrás que tocaron las vísceras «lavaron todos as mans»

Elena Silveira
elena silveira CAMBRE / LA VOZ

A CORUÑA

El colegio Gonzalo Torrente Ballester está ubicado en un entorno rural, en Sigrás.
El colegio Gonzalo Torrente Ballester está ubicado en un entorno rural, en Sigrás. paco rodríguez< / span>

La madre que llevó los pulmones y el corazón los compró en el matadero

27 oct 2014 . Actualizado a las 10:37 h.

Casi la totalidad del claustro de profesores del CEIP Gonzalo Torrente Ballester de Cambre apoya a los profesores que utilizaron vísceras de animal como material educativo durante una de las clases de ciencias naturales. En un escrito que remitirán a la jefatura y a la inspección educativa, aclaran que las vísceras pertenecían en realidad a un cerdo (hembra, en concreto), que tan solo eran los pulmones y el corazón y que en ningún momento se obligó a los niños a tocar o ver los órganos. Y, en todo caso, todos los que lo hicieron se lavaron las manos «sen dúbida», indican.

Este punto lo confirmaron también ayer algunos de los niños que participaron en las clases: «Nadie tocó por obligación, nadie lo vio por obligación. Lo tocamos solo los que queríamos. Después de tocarlo nos lavamos las manos, con agua y mucho jabón», indicó uno de los alumnos. La mayor parte de los estudiantes también defienden la «buena intención» de los profesores y aseguran que no olvidarán lo vivido el pasado día 15 de octubre: «Fue una de las mejores clases que tuvimos», explicaba ayer por la mañana uno de los chavales.

Apoyo de padres y alumnos

El asunto ha causado un enorme revuelo entre la comunidad educativa y algunos padres confirmaron ayer que la gran mayoría apoyan estos métodos educativos: «Los niños están encantados con estas experiencias. Y creen que el día que vieron los pulmones y el corazón fue in-ol-vi-da-ble», recalcaron. En este sentido, confirmaron que sus hijos están muy incentivados con estas profesoras y consideran sus métodos «recomendables». La única pega que ponen a la clase del pasado día 15 es que, efectivamente, no se hubieran proporcionado guantes a los niños para tocar las vísceras.

Una de las profesoras que impartió la clase práctica confirmó que ningún alumno vomitó durante la clase ni les consta que lo hayan hecho dentro del recinto escolar. Tan solo que hicieron muecas y simularon náuseas «pero como lo hacen cuando no les gusta la comida del comedor». También indicó que tan solo algunos alumnos tocaron los pulmones o el corazón con los dedos, «para comparar texturas» pero, en todo caso, se les obligó después a lavarse las manos. Añadió además que la dirección del centro no habló con las docentes para informarse sobre cómo se habían desarrollado las clases, de dónde habían salido los órganos del cerdo o si las quejas de algunas madres estaban justificadas. «Se enteró de todo por debajo de la puerta, no de forma directa», indicó. La directora, Ana Infante, declinó ayer comentar nada al respecto y tan solo confirmó que, efectivamente, las vísceras pertenecían a un cerdo y no una vaca tal y como había dado por hecho tanto ella como las madres que denunciaron lo ocurrido. En este sentido, desde la ANPA del centro aclararon que nadie de la directiva tuvo que ver con la denuncia pública del uso de las vísceras en clase ni les habían llegado quejas al respecto. La madre que proporcionó las vísceras a las profesoras confirmó ayer que compraron el cerdo en un matadero y que, por lo tanto, el animal cumplía con todas las normas higiénicas y sanitarias. «Pasou todos os controis veterinarios necesarios. Estaba todo analizado e, polo que sei, foron sobre todo as profesoras as que manipularon».