Los vecinos caminaron de nuevo por el Parrote después de seis años en obras
28 jun 2014 . Actualizado a las 07:00 h.El reloj tocó la una de la tarde y los coruñeses volvieron a pisar el Parrote, después de seis años cerrado por la obra frustrada de un aparcamiento subterráneo que el actual gobierno ha podido culminar. Los primeros vecinos que recorrieron la «explanada magnífica», en palabras del presidente del Puerto, Enrique Losada, fueron los mismos jubilados que durante los últimos meses siguieron desde la barrera el trabajo de cientos de obreros anónimos.
Esos trabajadores han cerrado un boquete en pleno corazón de la ciudad y lo han reemplazado con una infraestructura enorme, de más de 20.000 metros cuadrados de superficie, con un edificio para usos de ocio y dos plantas de aparcamiento. Una gran obra que ha costado 37 millones de euros (incluyendo el túnel que enlazará con el que se construye en la Marina), de los que la empresa constructora Copasa ha aportado 22 a cambio de la gestión del párking de 614 plazas y de un edificio para usos de hostelería que roza los mil metros cuadrados.
A la obra le quedan «algunos detalles», como señalaron los mismos jubilados tras fracasar en su búsqueda de una papelera para tirar las cacas de un pequeño schnauzer negro, que «bautizó» a su manera una de las nuevas farolas. Quizá falten papeleras, pero se han colocado algunos arbolitos en maceteros y pronto crecerá algo de la hierba sembrada entre las piedras que pavimentan la estructura que recuerda al antiguo baluarte de la muralla.
Los padres prudentes tendrán cuidado cuando sus retoños se empeñen en subir a esa estructura. En su extremo más próximo a María Pita desemboca directamente, sin barandilla ni nada, en la «ventana arqueológica» que se ha dejado para ver los sillares de la antigua muralla. La caída debe rondar los tres metros. El concejal de Urbanismo, Martín Fernández Prado, pedirá que se instale una barrera cuanto antes para conjurar el peligro.
El edil también señaló que la estatua de la Virgen del Carmen volverá a su lugar para el día de esa festividad, cuando también deben estar más pobladas las zonas verdes que rodean la fuente y acabados otros detalles menores.
Losada también explicó que en las próximas semanas se tramitará la concesión de los dos locales de 250 metros construidos en los antiguos talleres de embarcaciones. Esos espacios conservan muros históricos y compatibilizarán la «actividad museística» con otra de tipo comercial. Cuando estén funcionando servirán para animar al sustituto del infame boquete: un enorme mar de piedra que quizá dentro de poco esté lleno de terrazas, críos jugando y jubilados viendo llegar barcos en vez de mirando obras.