Una taza de café con ciencia

A CORUÑA

Un grupo de investigadores de la Universidad coruñesa acercan sus conocimientos a la gente a través de tertulias en bares

10 feb 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

«A ciencia si que lle gusta á xente, o caso é saber transmitila ben». Esa es una de las conclusiones que los investigadores de la Universidade da Coruña (UDC) Xurxo Mariño y Casto Rivadulla han sacado después de un año y medio ofreciendo tertulias-coloquios científicas en bares y cafés. La experiencia ha sido del todo satisfactoria, puesto que se trataba de explicar, en tono distendido y coloquial, «os aspectos máis importantes de como está organizado o sistema nervioso, que é unha máquina complexa e fascinante. Como todos temos cerebro, é un tema que da moito de si», explicó Xurxo Mariño, que junto con Castro Rivadulla, forman parte de la unidad de Neurociencia e Control Motor (Neurocom) de la UDC, que coordina Javier Cudeiro.

Durante las tertulias, los ponentes, que contaban con la ayuda de un actor para hacer más amena la actividad, explicaban a los asistentes curiosidades como que «o cerebro funciona con electricidade, e que as veces pode fallar ou enganarse coas ilusións ópticas». En función de la receptividad de la gente, «íamos cambiando o formato de charla, segundo o que o público demandada», relató Casto Rivadulla.

La edad de los espectadores también era importante a la hora de hacer preguntas, puesto que los más mayores siempre se preocupan por enfermedades neurológicas como el alzhéimer y la demencia, «mentras que a xente nova preguntaba polo efecto das drogas no cerebro», recordaba Xurxo Mariño.

Proyecto

La idea de realizar estos cafés-científicos partió de una exposición organizada por la Dirección Xeral de I+D de la Xunta, para intentar acercar la ciencia a la población. De ahí, se pensó en hacer estas tertulias en locales hosteleros, sobre todo en aquellos pueblos, de entre 3.000 y 10.000 habitantes, a donde es más difícil llegar.

La iniciativa se desarrolló todos los viernes, durante una hora y media, «aínda que ao final a xente que estaba na barra tamén se interesaba e preguntaba, e sempre nos pasábamos da hora», confiesan los investigadores coruñeses.