El futbolista quiere jugar y Luis Enrique tendrá la última palabra
25 mar 2014 . Actualizado a las 12:02 h.Los servicios médicos del Celta desaconsejan que juegue en el Nou Camp, Rafinha quiere hacerlo y Luis Enrique tendrá la última palabra para llevarse al hispanobrasileño. Lo normal es que el jugador cedido por el Barça se pierda la cita que más estaba esperando y que esté disponible para recibir el sábado al Sevilla. «El que no entrena no juega», comentó el entrenador del propio Rafinha antes de visitar al Levante, y por el momento el 12 del Celta no ha entrenado por recaer de su artritis en el primer dedo del pie izquierdo. Juan José Cota, el jefe de los servicios médicos, explicó que el jugador «había evolucionado bien, le dimos el alta, tenía una pequeña molestia por la que hubo que anestesiar para que no tuviera dolor en esta zona, pero luego en el partido llevó varias patadas en ese sitio, y aunque aguantó bien hasta el final, por la noche comenzó a encontrarse mal y el sábado estaba con bastante dolor. El domingo y el lunes ha mejorado mucho».
Dada la premura de fechas, el propio Cota mantuvo un encuentro con Luis Enrique para explicarle la situación y recomendar que no juegue. «Si juega el miércoles tiene mucho más riesgo de que no pueda jugar al sábado, ese es el planteamiento que yo le he hecho a Luis Enrique. Desde el punto de vista médico sería mejor esperar, no jugar el miércoles e intentar estar en plenitud, casi sin dolor, para el sábado. Es difícil que pueda estar».
Pero Rafinha quiere jugar a cualquier precio. La visita a su equipo de procedencia era un partido que tenía marcado en rojo desde hace tiempo y que no quiere perderse. Por eso Cota lo tuvo que frenar en la mañana de ayer, cuando pretendía salir al campo. «Él quiere estar seguro, incluso esta mañana (por ayer) hemos discutido sobre ese tema, el quiere entrenar y yo le he frenado un poco pensando que es una lesión en una zona dolorosa y el plan es recuperarlo lo antes posible, pero sin que vuelva a tener recaídas, de ahí la prudencia», sentenció el máximo responsable médico.
Con este panorama, la pelota está ahora en el tejado de Luis Enrique, que debe tomar una determinación esta mañana. Todo apunta que Rafinha se quedará en casa y que no llegará ni a probarse, a la espera de que evolucione del mejor modo para estar disponible ante el Sevilla.
La única incógnita se cierne sobre cuánta será la insistencia del futbolista, que hasta la lesión estaba en un momento de forma envidiable y que quería confirmar en su regreso al Nou Camp que tiene nivel para quedarse en el primer equipo azulgrana la próxima temporada.
Después de haber firmado un partido soberbio en el Bernabéu, quería repetir la apuesta ante Martino, el técnico que le abrió la puerta de regreso hace un par de semanas. Quedará para otra ocasión.