Rehabilitador de colistas

Murillo EN ROJIBLANCO

CDLUGO

19 abr 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

No es casual, sino causal: el Lugo se ha convertido en un equipo de descenso viajero, y de ascenso casero. Rehabilitador de colistas casi desahuciados, es incapaz de imponer su teórica superioridad en aquellos feudos donde los rivales no le superan en la clasificación. Y no digamos de los que ocupan puestos de descenso o aledaños. Dos desplazamientos consecutivos a Sabadell y Santander, con sendos anfitriones sumidos abajo en la clasificación, se han cerrado con sendas derrotas. Igual en Sabadell no tan merecida; pero sí la de El Sardinero. Los hombres de Setién necesitan que los fustiguen e ir por detrás del marcador para que muestren su mejor cara, cuando antes han puesto la otra mejilla sin rubor para que se la golpeasen. Una especie de masoquismo mal entendido. Un primer tiempo más igualado, pero siempre bajo la iniciativa de un Racing bien plantado, ejerciendo arriba la presión y dejándole metros a los lucenses, para robar y enviar balones largos para aprovechar la velocidad de Mamadou, Álvaro y Quique, que dejaron en evidencia la lentitud de los centrales y laterales rojiblancos. Con esa lectura simple, el Racing siempre fue más peligroso. La virtud de los locales fue abortar la salida de los centrocampistas lucenses para enlazar con los hombres de arriba. Con ese cortocircuito, el Lugo apenas tuvo llegada. Sus mejores minutos fueron los primeros y los postreros. Solo a ramalazos de un irregular Pita y un desaparecido Seoane, pudo sacudirse el dominio local. Pero solo a cuentagotas. David López tuvo la mejor oportunidad en la primera parte, en un buen servicio de Dalmau. Luego, el lateral fue un coladero por el que llegó el gol de Concha, en un fallo colectivo de toda la defensa lucense. Que siempre se vio superada por la velocidad de los delanteros locales, ganándoles con facilidad la espalda. La lentitud de la circulación del balón o la reiteración de jugar para atrás, facilitó el rearme defensivo racinguista. Volvió a dormirse el Lugo en la segunda parte, cuando ya había recibido dos remates a la madera de José Juan y el propio gol, con Luis Fernández sustituyendo antes al lesionado Caballero. Solo el gol espoleó a un equipo dormido, con la incorporación de Valle, y el dominio final del Lugo solo sirvió para certificar otra derrota en otra salida.