El cielo determinó la orientación de los dólmenes de la Costa da Morte

Xosé Ameixeiras
X. Ameixeiras CARBALLO / LA VOZ

VIMIANZO

Ana Garcia

Un estudio del arqueólogo Benito Vilas revela cómo fueron situados los megalitos

27 sep 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

El cielo fue guía de la humanidad durante siglos. Y en el Neolítico, también. La posición de la Luna, el Sol y otras estrellas determinó muchos comportamientos de las civilizaciones. Del mismo modo fue determinante a la hora de la construcción de los monumentos. Los dólmenes de la Costa da Morte no siguen un patrón común en su orientación. Unos están hacia la salida del Sol en el solsticio de invierno, otros cara la parada menor sur de la Luna y los hay que miran a determinadas estrellas. El arqueólogo Benito Vilas Estévez expuso estas teorías en el Simposio do Megalitismo da Costa da Morte celebrado en Vimianzo. Son fruto de su tesina La orientación de los megalitos de Galicia que realizó en el Trinity Saint David, de la Universidad de Gales, dirigida por Fabio Silva, premio Carlos Jaschesck de la Sociedad Europea de la Astronomía de la Cultura.

Señala Vilas Estévez que en toda la fachada atlántica se ven orientaciones distintas de las construcciones prehistóricas, lo que se aprecia también en los restos de materiales hallados en ellas. La dirección de las cámaras denota, en sí misma, la diferenciación de culturas de cada comunidad. Lo que sí ha hallado como elemento común es que los movimientos que se daban en el cielo, sobre todo las fases del Sol y la Luna, tenían una importancia trascendental, mientras que en la actualidad estamos totalmente de espaldas al devenir de los astros y las estrellas.

Al mismo tiempo encuentra diferencias en la orientación de los dólmenes en la Galicia costera y en la Galicia interior, lo que también se produce en la explotación de las especies. En el Neolítico, en el litoral había, según dice, más agricultura y en el interior preferían la ganadería. En cuanto a la disposición de las cámaras y corredores de los megalitos de la Costa da Morte, unos miran al solsticio de invierno y otros, a la parada menor sur de la Luna, aunque hay otras variantes. Los ciclos del Sol y de la Luna son distintos. En Dombate la dirección hacia el amanecer del primer día de invierno está aún más remarcada por el hecho de que la línea que marcan las pinturas a media altura coincide con la altura máxima del rayo solar en ese día. También sucede con otros monumentos.

Al examinar estos fenómenos, Benito Vilas se encontró con la posibilidad de que la fornela de Aprazadoiro (Laxe) no sea prehistórica. Otra curiosidad es que el Dombate antiguo está situado de forma diferente al gran megalito cabanés. «A sociedade cambiou de intereses entre a construción dun e a do outro», señala. La arqueoastronomía permite entrar en el mundo de las creencias, que fueron determinantes a la hora de levantar los monumentos.